2022 fue el cuarto año de la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
El cuarto año, en teoría, debería tener un proyecto consolidado de seguridad o por lo menos los cimientos institucionales para un esquema de mediano y largo plazo, con resultados tangibles basados en la estrategia de “abrazos, no balazos” y un país en plena bonanza. Según las propias palabras del Presidente, esto sucedería de inmediato al asumir el gobierno.
Diciembre de 2022 y no tenemos absolutamente nada consolidado, tenemos un país incendiado en homicidios, violencia y cárteles de la droga y crimen organizado mejor estructurados y por ende siendo poderes fácticos en el país.
Las mafias gobiernan en muchos municipios y regiones del país, imponen personajes como gobernantes a su antojo, se cobra derecho de piso a empresarios, productores y todo aquel que tenga un negocio y por el otro lado, se nota evidente inacción del gobierno, latente y hasta complaciente.
Es ahí donde nos preguntamos:
¿Y dónde está el gobierno federal?
Está, si, pero con instituciones de seguridad desarticuladas, inertes, sin margen de acción, con poco margen de operatividad derivada de la intromisión de las FFAA – en complicidad con el presidente- en un país donde estamos pasando de la militarización del país, a un militarismo que cada vez más invade las instituciones civiles de México.
Los hechos son evidentes, una Guardia Nacional inoperante, un ejército atado de manos, las cifras de inseguridad con tintes para rebasar lo que en su momento se consideró “el sexenio más violento” y lo que se hace más grave: un ejército vulnerado en su credibilidad y seguridad por los hackeos de #GuacamayaLeaks.
El mayor desgaste: el capricho presidencial.
El Presidente López Obrador, se empeñó durante casi todo el año 2022, en poner toda la apuesta por imponer las reformas constitucionales para traspasar la Guardia Nacional (administrativamente) a la SEDENA.
Ese fue el capital político con el que prácticamente todo el año batalló, en contraste con la sociedad civil y con integrantes del sector opositor partidista de México que libraron una batalla jurídica para evitar este hecho. Sin duda una apuesta arriesgada derivado del poco conocimiento del ejército en la materia y las cifras que trimestralmente se arrojan con resultados negativos de la “estrategia”.
Amén del papel obligado en materia de seguridad que ha venido desempeñando el ejército, su juego como empresario y como proveedor de infraestructura del ejecutivo federal, ha sido severamente cuestionado.
No se puede pretender que se cumpla con una misión fundamental ( la seguridad), por una que es derivada de la frivolidad de la presidencia que es la construcción de infraestructura innecesaria en el país ( un aeródromo sin beneficios evidentes y rentables).
Lo números no mienten, durante 2022, tenemos casi 30,000 homicidios registrados y la sumatoria sexenal se acrecentará. Sin fortalecer la seguridad local, pensando únicamente en la Guardia Nacional como un único salvavidas, seguimos sin una estrategia clara para contener el crimen organizado, el consumo de drogas, la violencia y sin pensar que la solución, siempre vendrá desde abajo.
Desde lo local. Y nadie no lo entiende y lo pelea.
Michoacán 2022, entre discursos sin hechos.
La seguridad fue la mayor apuesta por parte del Gobierno del estado de Michoacán en este 2022. Esto, por supuesto en el discurso.
Porque de los hechos no podemos asegurar lo que tantas veces ha repetido tanto el Gobernador, como el Secretario de Seguridad Pública del Estado.
El balance para cerrar este 2022 para nuestro estado es el siguiente:
Michoacán se encuentra en el quinto lugar general en materia de homicidios dolosos con 10,119 víctimas. En un comparativo anual, somos el estado que aumento su número de víctimas de delito, estando ubicados dentro del cuarto lugar a nivel nacional y con respecto al año anterior ha aumentado en un 8% el mismo indicador señalado.
¿Hay alguna relación del discurso, con la realidad por parte del gobierno estatal?
Nos han querido vender el subsidio FORTAPAZ, como la solución, panacea y hasta piedra filosofal a los problemas de los municipios y de la seguridad estatal. Si este recurso fuere consensado con las necesidades reales de los mismos, sin necesidad de imposiciones por parte de la autoridad estatal, sin duda podríamos considerarlo como un aliciente para resolver algunos de los problemas municipales. Si se hiciera sin copiar el modelo que se mantenía en FORTASEG, quizás podríamos hablar de políticas públicas innovadoras, pero es una copia del programa aludido.
Por otra parte, el titular de la SSP, como lo hemos venido señalando, únicamente habla de despliegue policial en números. Repitiendo la poca información que quizás le hacen llegar, porque la comunicación con sus mandos esta rota.
Debemos asumir que él no gobierna la SSP y el único argumento que puede sostener es el amontonamiento policial, sin tener información adecuada, porque no conoce l estrategia ni la táctica policial. El secretario viene sostenido desde SEDENA y ahí se mantendrá, aun cuando el Gobernador no le tenga el mínimo grado de confianza, por no ser de su equipo.
Y así, Michoacán se encuentra en una orfandad. Municipios controlados por los Cárteles, Empresarios extorsionados, corporaciones locales sin fortalecer, indicadores de violencia y homicidios al alza. Los famosos blindajes que sólo son un circo mediatico, sin ofrecer resultados contundentes. Las cifras dicen lo contrario.
Al parecer la única política de seguridad clara y contundente, ha sido el mimetizar las decisiones presidenciales con un toque regional fallido, que sin duda deja al descubierto lo que muchos sabíamos desde tiempo: Michoacán es un araíso de la inseguridad.
Morelia: La Seguridad del Coaching.
Morelia, el problema es muy sencillo, tenemos una ciudad que se ubica en el quinto lugar en materia de homicidios dolosos con 347 víctimas al momento, una violencia creciente, zonas de la ciudad sin atender y el amontonamiento y mala distribución del personal policial
Tienes policías desgastados por lo excesivos turnos de trabajo, condiciones de trabajo muy endebles y desiguales, mandos sin capacidad y un Comisionado que te vende un discurso que en nada concuerda con la realidad del territorio y que contrasta con lo que sucede diario en las calles.
Morelia prometía muchísimo, el problema ha sido la falta de capacidad de los mandos para definir la política de seguridad a implementar. Se habla de la defensa de un modelo, sin duda se esta consciente de ello, el problema es la falta de capacidad para desarrollar, jugando a prueba y error cuando en temas de política de seguridad NO PUEDES HACER ESO.
El modelo puede seguir, pero con las personas adecuadas.
Si al final de una gestión, te dejan una ciudad cómo Colima en el lugar 14 en materia de violencia e inseguridad a nivel nacional…
¿Qué le espera a Morelia?
¿Más discursos buena ondita, resultados disfrazados, medios sin cuestionarle al Coach y termos para los amigos?
Así el 2022, México, Michoacán, Morelia...
Feliz Navidad y Próspero 2023 para todos.
José Alberto Guerrero Baena Doctorante en Política de Seguridad Universidad de Sussex, Reino Unido, Analista de Temas de Seguridad Pública, construcción de Policía e Integrante y Coordinador en Michoacán del Observatorio de la Guardia Nacional y Militarización de México.
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