/ lunes 13 de febrero de 2023

De abusos policiales y la crítica mediática.

Seguir con la estela de la crítica mediática por la actuación de la Policía Morelia, es subirse a un barco en el cuál sólo los implicados y las autoridades conocen la verdad de lo sucedido. O por lo menos lo que las cámaras han revelado y lo que la propia autoridad ha expuesto a los medios. Y ahí radica en la inteligencia de cada ser humano forjarse un criterio, obviamente guiado de acuerdo a los criterios con los cuales se realizó la detención de los sujetos implicados.

Politizar un tema que únicamente concierne a las autoridades solucionar, es una costumbre que tenemos en México cuando una de las aristas o los ejes de gobierno falla y es carne de rapiña para los adversarios políticos. En el trienio anterior cuando Morena ostento la autoridad municipal de Morelia, también ocurrieron múltiples episodios de abuso policial derivado de la falta de capacitación o en su defecto del poco tacto que han tenido muchos de sus mandos para concientizar a los policías de la alta responsabilidad que ellos tienen frente al ciudadano.

Con ello, no quiere decir que se justifique el actuar de la autoridad actual, o en su defecto que se “perdone” el hecho o se deje al olvido, porque siempre un abuso de autoridad por parte de la policía debe ser observado desde la perspectiva de observancia a los derechos humanos, y a su vez por el área operativa para corregir y atender las formas y protocolos de actuación.

El actuar de una institución que observa el comportamiento de los ciudadanos de un territorio, cómo es el caso de la policía, debe impecable y transparentado a todas luces.

¿Por qué?

La sencilla razón de que la policía es el ejemplo a seguir por parte de la ciudadanía.

Es ahí donde tiene que venir el tan anunciado cambio cultural y estructural de las instituciones de seguridad. Desde el momento de su construcción, como de su consolidación el primer pensamiento que debe tener la autoridad es que el comportamiento del cuerpo de vigilancia sea apegado a los estándares de respeto a derechos humanos, congruencia entre el discurso y la acción, una atención impecable hacia los ciudadanos y un tema que es sustancial: el ejemplo tiene que venir de arriba hacia abajo. Es decir, desde el mando.

El que escribe, cómo muchos otros interesados del tema de seguridad, sabemos que los cambios estructurales y de raíz no vienen de la noche a la mañana, pero si tenemos en claro que los resultados tienen que ser a muy corto plazo derivado de que el eje de seguridad es el más importante en el esquema de políticas públicas, tomando en cuenta que es el que da certeza y fortaleza a los otros ejes.

Y es ahí donde se tiene que centrar la acción, no el discurso.

Extirpar de raíz los comportamientos nocivos, realizar los cambios estructurales y tener al personal adecuado para cada posición de trabajo es una tarea que se debe tener prevista en un esquema prospectivo de trabajo. Y si a esto le sumamos un conocimiento pleno, de terreno, es decir, casi de nombre de los cerca de 700 policías que conforman tu corporación y conocer el devenir desde el territorio, desde el trabajo de observación participante y sobretodo en el ejemplo que se debe tener de manera lineal.

Por su arquitectura estructural, la Comisión Municipal de Seguridad de Morelia, está apegada a una política nacional de seguridad que es el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica. La importancia del modelo esta implementada en privilegiar y atender de forma inmediata las conductas que son catalogadas como faltas administrativas para de ahí prevenir de una manera firme, el tema de la prevención del delito. Para ello como mando, necesitas conocer territorialmente las debilidades de Morelia y su estructura social y antropológica.

Desde el inicio de la administración actual, el mando tuvo conocimiento de las pifias cometidas, la opacidad de las actuaciones, de las observaciones abiertas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y sobretodo, un informe con las fortalezas y debilidades que se tienen apuntalar en el actuar operativo.

Es lo que en el proceso administrativo de transición se llama Entrega – Recepción de la administración pública. Esa es la biblia del plan de acción a seguir para que tome el rumbo de cualquier institución del estado mexicano. Es el diagnóstico previo para poder encabezar las acciones de toda entidad gubernamental.

Es en este paso, donde los futuros titulares de las áreas conocen de primera mano las falencias que se tienen para de ahí corregir el camino o darles continuidad a los planes, a las acciones y sobretodo a las personas involucradas en el desarrollo de las mismas.

El conocimiento previo de las instituciones, basado en este proceso, te da el primer acercamiento del estado en que se encuentra la institución. De ahí puedes partir para prospectar, planear y ejecutar.

En materia de seguridad, no hay ningún hilo negro y ninguna cuestión es innovadora.

La atención que el propio mando ponga a las acciones de su personal, es una situación que debe ser atendida de manera urgente porque como lo hemos venido señalando en este espacio, los policías son los primeros funcionarios del estado mexicano y entonces quiere decir que el estado mexicano, detiene sin necesidad de investigar, señalando con el dedo acusador y con una falta de pericia y de conductas adecuadas por parte de sus funcionarios.

Es por ello, que se debe de resolver con toda trasparencia, honestidad y sobretodo en coherencia con ese discurso “disruptivo” el inconveniente de las constantes fallas en las detenciones.

Hoy en día ha sido señalada una detención, por haber tenido la ventana abierta de los medios de comunicación, pero el Vox Populi señala muchas arbitrariedades que entran en la cifra negra de las actuaciones policiales y la poca atención que se ha dado a muchas latitudes de la ciudad de Morelia donde no ha habido la atención debida por quien constitucionalmente le toca el servicio de la seguridad territorial: El Municipio de Morelia.

El remate…

Las peleas entre las corporaciones Policía Morelia y la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Michoacán, para saber quién tiene el peor recurso humano es una batalla perdida por la ciudadanía.

La verdadera pugna que ambas corporaciones deberían de tener, es por ver quien tiene el mejor recurso humano, la mejor perfilación para los puestos de mando y operativos, la mejor inteligencia y contrainteligencia policial y no la banal ridiculización de ambas instituciones. Le mejor pelea que podrían tener ambas corporaciones es la coordinación de las instituciones y no el tirarse la bola de lo que le toca una y desacreditar lo que hace la otra.

La mejor pelea que podrían tener porque el ciudadano agradecería que la ciudad de Morelia se pudiera caminar en paz. Acción que hoy desafortunadamente no se puede.


José Alberto Guerrero Baena Doctorante en Política de Seguridad Universidad de Sussex, Reino Unido, Analista y Consultor en Seguridad Pública, construcción de Policía e Integrante y Coordinador en Michoacán del Observatorio de la Guardia Nacional y Militarización de México.

Facebook: Alberto Guerrero Baena y Alberto Guerrero Baena II

Twitter: @SoyAlbertoGB

Instagram: @soyalbertoguerrerobaena


Seguir con la estela de la crítica mediática por la actuación de la Policía Morelia, es subirse a un barco en el cuál sólo los implicados y las autoridades conocen la verdad de lo sucedido. O por lo menos lo que las cámaras han revelado y lo que la propia autoridad ha expuesto a los medios. Y ahí radica en la inteligencia de cada ser humano forjarse un criterio, obviamente guiado de acuerdo a los criterios con los cuales se realizó la detención de los sujetos implicados.

Politizar un tema que únicamente concierne a las autoridades solucionar, es una costumbre que tenemos en México cuando una de las aristas o los ejes de gobierno falla y es carne de rapiña para los adversarios políticos. En el trienio anterior cuando Morena ostento la autoridad municipal de Morelia, también ocurrieron múltiples episodios de abuso policial derivado de la falta de capacitación o en su defecto del poco tacto que han tenido muchos de sus mandos para concientizar a los policías de la alta responsabilidad que ellos tienen frente al ciudadano.

Con ello, no quiere decir que se justifique el actuar de la autoridad actual, o en su defecto que se “perdone” el hecho o se deje al olvido, porque siempre un abuso de autoridad por parte de la policía debe ser observado desde la perspectiva de observancia a los derechos humanos, y a su vez por el área operativa para corregir y atender las formas y protocolos de actuación.

El actuar de una institución que observa el comportamiento de los ciudadanos de un territorio, cómo es el caso de la policía, debe impecable y transparentado a todas luces.

¿Por qué?

La sencilla razón de que la policía es el ejemplo a seguir por parte de la ciudadanía.

Es ahí donde tiene que venir el tan anunciado cambio cultural y estructural de las instituciones de seguridad. Desde el momento de su construcción, como de su consolidación el primer pensamiento que debe tener la autoridad es que el comportamiento del cuerpo de vigilancia sea apegado a los estándares de respeto a derechos humanos, congruencia entre el discurso y la acción, una atención impecable hacia los ciudadanos y un tema que es sustancial: el ejemplo tiene que venir de arriba hacia abajo. Es decir, desde el mando.

El que escribe, cómo muchos otros interesados del tema de seguridad, sabemos que los cambios estructurales y de raíz no vienen de la noche a la mañana, pero si tenemos en claro que los resultados tienen que ser a muy corto plazo derivado de que el eje de seguridad es el más importante en el esquema de políticas públicas, tomando en cuenta que es el que da certeza y fortaleza a los otros ejes.

Y es ahí donde se tiene que centrar la acción, no el discurso.

Extirpar de raíz los comportamientos nocivos, realizar los cambios estructurales y tener al personal adecuado para cada posición de trabajo es una tarea que se debe tener prevista en un esquema prospectivo de trabajo. Y si a esto le sumamos un conocimiento pleno, de terreno, es decir, casi de nombre de los cerca de 700 policías que conforman tu corporación y conocer el devenir desde el territorio, desde el trabajo de observación participante y sobretodo en el ejemplo que se debe tener de manera lineal.

Por su arquitectura estructural, la Comisión Municipal de Seguridad de Morelia, está apegada a una política nacional de seguridad que es el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica. La importancia del modelo esta implementada en privilegiar y atender de forma inmediata las conductas que son catalogadas como faltas administrativas para de ahí prevenir de una manera firme, el tema de la prevención del delito. Para ello como mando, necesitas conocer territorialmente las debilidades de Morelia y su estructura social y antropológica.

Desde el inicio de la administración actual, el mando tuvo conocimiento de las pifias cometidas, la opacidad de las actuaciones, de las observaciones abiertas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y sobretodo, un informe con las fortalezas y debilidades que se tienen apuntalar en el actuar operativo.

Es lo que en el proceso administrativo de transición se llama Entrega – Recepción de la administración pública. Esa es la biblia del plan de acción a seguir para que tome el rumbo de cualquier institución del estado mexicano. Es el diagnóstico previo para poder encabezar las acciones de toda entidad gubernamental.

Es en este paso, donde los futuros titulares de las áreas conocen de primera mano las falencias que se tienen para de ahí corregir el camino o darles continuidad a los planes, a las acciones y sobretodo a las personas involucradas en el desarrollo de las mismas.

El conocimiento previo de las instituciones, basado en este proceso, te da el primer acercamiento del estado en que se encuentra la institución. De ahí puedes partir para prospectar, planear y ejecutar.

En materia de seguridad, no hay ningún hilo negro y ninguna cuestión es innovadora.

La atención que el propio mando ponga a las acciones de su personal, es una situación que debe ser atendida de manera urgente porque como lo hemos venido señalando en este espacio, los policías son los primeros funcionarios del estado mexicano y entonces quiere decir que el estado mexicano, detiene sin necesidad de investigar, señalando con el dedo acusador y con una falta de pericia y de conductas adecuadas por parte de sus funcionarios.

Es por ello, que se debe de resolver con toda trasparencia, honestidad y sobretodo en coherencia con ese discurso “disruptivo” el inconveniente de las constantes fallas en las detenciones.

Hoy en día ha sido señalada una detención, por haber tenido la ventana abierta de los medios de comunicación, pero el Vox Populi señala muchas arbitrariedades que entran en la cifra negra de las actuaciones policiales y la poca atención que se ha dado a muchas latitudes de la ciudad de Morelia donde no ha habido la atención debida por quien constitucionalmente le toca el servicio de la seguridad territorial: El Municipio de Morelia.

El remate…

Las peleas entre las corporaciones Policía Morelia y la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Michoacán, para saber quién tiene el peor recurso humano es una batalla perdida por la ciudadanía.

La verdadera pugna que ambas corporaciones deberían de tener, es por ver quien tiene el mejor recurso humano, la mejor perfilación para los puestos de mando y operativos, la mejor inteligencia y contrainteligencia policial y no la banal ridiculización de ambas instituciones. Le mejor pelea que podrían tener ambas corporaciones es la coordinación de las instituciones y no el tirarse la bola de lo que le toca una y desacreditar lo que hace la otra.

La mejor pelea que podrían tener porque el ciudadano agradecería que la ciudad de Morelia se pudiera caminar en paz. Acción que hoy desafortunadamente no se puede.


José Alberto Guerrero Baena Doctorante en Política de Seguridad Universidad de Sussex, Reino Unido, Analista y Consultor en Seguridad Pública, construcción de Policía e Integrante y Coordinador en Michoacán del Observatorio de la Guardia Nacional y Militarización de México.

Facebook: Alberto Guerrero Baena y Alberto Guerrero Baena II

Twitter: @SoyAlbertoGB

Instagram: @soyalbertoguerrerobaena