/ lunes 11 de marzo de 2019

Educación y subordinación

La educación y la subordinación, de ella hablamos en el desarrollo de este tema, con sus problemas y procesos sujetos a concordancias y análisis. Entrando en el tema, en la llamada Cuarta Transformación, la apuesta del actual gobierno para nuestro país, en materia educativa, salga del socavón en que se encuentra metido, varios detractores y grupos políticos que en su momento apoyaron la Reforma Educativa del sexenio que precedió.

Los esquemas que el actual gobierno ha propuesto no les son favorables. La que denominan “mal llamada Reforma Educativa” emanó del entonces “muy atinado PactoPor México”, y fue aprobada en el 2013 por los animosos diputados y serenos senadores, no la dejaron aterrizar para conocer las bondades que dicen que contenía. Por aplicarse de manera más tendenciosa que propositiva, dejó un obstáculo que aún sigue causando estragos en profesores, con los concursos puestos en marcha, con muchos casos en los que no han podido acceder a las promociones concursadas, y hasta los idóneos, el conflicto no ha hallado una solución cuando por ley tendría que estar resuelto.

Esa calificada como mal llamada reforma laboral, disfrazada de educativa, tan es así que muchos de esos detractores, en más de una ocasión han declarado públicamente que la propuesta del sexenio pasado no cumplió ni resultó como lo tenían pensado o contemplado, pero que puede mejorarse, con la construcción a partir de la intervención de quienes conocen sobre este tema, los maestros y maestras, y no sólo pensar que unos cuantos pueden construir un proyecto sólido, convincente y aplicable.

Este paréntesis debe hacer que entendamos lo educativo, con la priorización del fortalecimiento de las capacidades de los maestros en sustitución de la evaluación a la que insistieron que era punitiva y ahora esperan que se implemente una diagnóstica para valorar áreas de oportunidad que tienen los profesores para su desarrollo profesional; ahora se tendrá que modificar la Ley General de Educación, se piensa en el resurgimiento de un programa, con muchas similitudes al de Carrera Magisterial, para que los maestros y maestras asciendan salarial y laboralmente; se incorporen asignaturas a la currícula, cuyo propósito sea el desarrollo de las capacidades humanas y sociales, se disminuya la excesiva carga administrativa asignada a os profesores, para que prioricen su labor educativa de atención y buenos resultados de sus alumnos, se consideren las formas de participación de padres y madres de familia en la escuela.

Si piensan que la educación retrocederá y que el futuro promisorio que se prometió en el sexenio anterior desaparezca, así como también desaparecería la rectoría de la educación que dicen que se logró en el anterior gobierno de reformas estructurales. En este sentido, el panorama que plantean y que puede presentarse, si se aprueba la propuesta, es tan desalentador que caben los cuestionamientos sobre si el bloque opositor aprueba una reforma cuya intencionalidad fue la de lograr una “mejoría” en la educación, porque ésta no dio el resultado esperado; cuál o cuáles fueron las razones de tal fracaso; cuál es la explicación que tienen sobre el estado que guarda en estos momentos la educación en nuestro país; por qué no asumir su responsabilidad ante tal decepción.

Eliminar los concursos de ingreso no asegura que ingresarán los mejores perfiles al magisterio; esto, por el lugar que ocupa el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; pero tampoco los concursos de ingreso han asegurado la incorporación de los mejores maestros. La disyuntiva entre quién puede o no ingresar, debe ser revisada y revalorada; lasEscuelas Normales del país existen por algo y su papel es de relevancia, aunque no sea del agrado de quienes han vivido los excesos de sus alumnos, con la complacencia de directivos y sus maestros.

La lucha a favor de la subordinación se siente apoyada por las normas que exigen se respete el principio de subordinación jerárquica, pero la corriente contra la subordinación no es el resultado de la propia situación de subordinación, así lo dice Foucault “donde quiera que hay poder existe resistencia, en ciertos casos adoptan un carácter político y surgen luchas dirigidas a poner fin a las relaciones de subordinación”.

No existe sinonimia entre subordinación, opresión y dominación; las relaciones de subordinación no son automáticamente relaciones de opresión, el problema que surge por un origen político consiste en identificar las condiciones para la aparición de una acción colectiva dirigida a luchar contra las desigualdades y a enfrentarse a las relaciones de subordinación. Pero cuando surgen liderazgos con origen político, contradicen la máxima que declara que toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de obedecerla.

La obligación de obedecer a la autoridad que surgió con carácter político tiene poca resistencia en el interior de sus aglomerados o agremiados, pues si se aleja de su control, sufre la persecución y la represión hasta que establezca su resistencia, pero fuera del grupo de influencia política.

Con el uso, abuso, aceptación, sumisión o ajuste a la subordinación jerárquica, se da también el concepto de disciplina como concepto que entienden y definen a su modo. El verdadero maestro no se preocupa casi de la disciplina. Los estudiantes lo respetan y lo escuchan, sin que su autoridad necesite jamás acogerse al reglamento ni ejercerse desde lo alto de un estrado. En cualquier espacio, rodeado de sus alumnos, es siempre el maestro.

Van 100 días del actual gobierno y la política educativa ha vuelto a ser sujeto de un intenso análisis, discusión y debate público. Así ocurre en la democracia. Pensar distinto, discrepar y argumentar de manera razonada y abierta son ejercicios valiosos por sí mismos pero útiles para propiciar la reflexión del contrario. (L)

La educación y la subordinación, de ella hablamos en el desarrollo de este tema, con sus problemas y procesos sujetos a concordancias y análisis. Entrando en el tema, en la llamada Cuarta Transformación, la apuesta del actual gobierno para nuestro país, en materia educativa, salga del socavón en que se encuentra metido, varios detractores y grupos políticos que en su momento apoyaron la Reforma Educativa del sexenio que precedió.

Los esquemas que el actual gobierno ha propuesto no les son favorables. La que denominan “mal llamada Reforma Educativa” emanó del entonces “muy atinado PactoPor México”, y fue aprobada en el 2013 por los animosos diputados y serenos senadores, no la dejaron aterrizar para conocer las bondades que dicen que contenía. Por aplicarse de manera más tendenciosa que propositiva, dejó un obstáculo que aún sigue causando estragos en profesores, con los concursos puestos en marcha, con muchos casos en los que no han podido acceder a las promociones concursadas, y hasta los idóneos, el conflicto no ha hallado una solución cuando por ley tendría que estar resuelto.

Esa calificada como mal llamada reforma laboral, disfrazada de educativa, tan es así que muchos de esos detractores, en más de una ocasión han declarado públicamente que la propuesta del sexenio pasado no cumplió ni resultó como lo tenían pensado o contemplado, pero que puede mejorarse, con la construcción a partir de la intervención de quienes conocen sobre este tema, los maestros y maestras, y no sólo pensar que unos cuantos pueden construir un proyecto sólido, convincente y aplicable.

Este paréntesis debe hacer que entendamos lo educativo, con la priorización del fortalecimiento de las capacidades de los maestros en sustitución de la evaluación a la que insistieron que era punitiva y ahora esperan que se implemente una diagnóstica para valorar áreas de oportunidad que tienen los profesores para su desarrollo profesional; ahora se tendrá que modificar la Ley General de Educación, se piensa en el resurgimiento de un programa, con muchas similitudes al de Carrera Magisterial, para que los maestros y maestras asciendan salarial y laboralmente; se incorporen asignaturas a la currícula, cuyo propósito sea el desarrollo de las capacidades humanas y sociales, se disminuya la excesiva carga administrativa asignada a os profesores, para que prioricen su labor educativa de atención y buenos resultados de sus alumnos, se consideren las formas de participación de padres y madres de familia en la escuela.

Si piensan que la educación retrocederá y que el futuro promisorio que se prometió en el sexenio anterior desaparezca, así como también desaparecería la rectoría de la educación que dicen que se logró en el anterior gobierno de reformas estructurales. En este sentido, el panorama que plantean y que puede presentarse, si se aprueba la propuesta, es tan desalentador que caben los cuestionamientos sobre si el bloque opositor aprueba una reforma cuya intencionalidad fue la de lograr una “mejoría” en la educación, porque ésta no dio el resultado esperado; cuál o cuáles fueron las razones de tal fracaso; cuál es la explicación que tienen sobre el estado que guarda en estos momentos la educación en nuestro país; por qué no asumir su responsabilidad ante tal decepción.

Eliminar los concursos de ingreso no asegura que ingresarán los mejores perfiles al magisterio; esto, por el lugar que ocupa el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; pero tampoco los concursos de ingreso han asegurado la incorporación de los mejores maestros. La disyuntiva entre quién puede o no ingresar, debe ser revisada y revalorada; lasEscuelas Normales del país existen por algo y su papel es de relevancia, aunque no sea del agrado de quienes han vivido los excesos de sus alumnos, con la complacencia de directivos y sus maestros.

La lucha a favor de la subordinación se siente apoyada por las normas que exigen se respete el principio de subordinación jerárquica, pero la corriente contra la subordinación no es el resultado de la propia situación de subordinación, así lo dice Foucault “donde quiera que hay poder existe resistencia, en ciertos casos adoptan un carácter político y surgen luchas dirigidas a poner fin a las relaciones de subordinación”.

No existe sinonimia entre subordinación, opresión y dominación; las relaciones de subordinación no son automáticamente relaciones de opresión, el problema que surge por un origen político consiste en identificar las condiciones para la aparición de una acción colectiva dirigida a luchar contra las desigualdades y a enfrentarse a las relaciones de subordinación. Pero cuando surgen liderazgos con origen político, contradicen la máxima que declara que toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de obedecerla.

La obligación de obedecer a la autoridad que surgió con carácter político tiene poca resistencia en el interior de sus aglomerados o agremiados, pues si se aleja de su control, sufre la persecución y la represión hasta que establezca su resistencia, pero fuera del grupo de influencia política.

Con el uso, abuso, aceptación, sumisión o ajuste a la subordinación jerárquica, se da también el concepto de disciplina como concepto que entienden y definen a su modo. El verdadero maestro no se preocupa casi de la disciplina. Los estudiantes lo respetan y lo escuchan, sin que su autoridad necesite jamás acogerse al reglamento ni ejercerse desde lo alto de un estrado. En cualquier espacio, rodeado de sus alumnos, es siempre el maestro.

Van 100 días del actual gobierno y la política educativa ha vuelto a ser sujeto de un intenso análisis, discusión y debate público. Así ocurre en la democracia. Pensar distinto, discrepar y argumentar de manera razonada y abierta son ejercicios valiosos por sí mismos pero útiles para propiciar la reflexión del contrario. (L)