Falta cada vez menos para que se anuncie a quienes encabezarán cada uno de los polos que se disputarán la Presidencia de la República en 2024. Primero dará el aviso la oposición, el 3 de septiembre, y tres días después la dirigencia nacional de Morena. Estamos a pocos días de que se levanten las encuestas anunciadas y se oficialice una contienda entre mujeres: Claudia Sheinbaum contra Xóchitl Gálvez.
Parece complicado que en unos cuantos días Marcelo Ebrard revierta la ventaja que le lleva la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, quien está, por lo menos, entre 6 y 8 puntos porcentuales arriba. En el caso de la oposición, las únicas opciones reales son Gálvez y Santiago Creel. Se había mantenido un empate entre ellos, pero la estrategia de posicionamiento de Gálvez le permitió ganar hasta 10 puntos a mediados de julio.
Gálvez no es precisamente del agrado de la dirigencia nacional del PAN. Están frescos aún los jugueteos entre Xóchitl y Gustavo Madero cuando tomaron la tribuna del Senado en la tarde del 27 de abril, en protesta por la falta de acuerdos para designar a un nuevo comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
“Me siento muy contento / Me siento muy feliz / Ya es fin de semana / Me pienso divertir”. La canción de Mi Banda El Mexicano sonaba mientras el senador Emilio Álvarez Icaza bailaba en pijama. Al fondo, el senador Madero observaba y se disponía a dormir. Es la pijamada del Grupo Plural.
Gálvez y Madero están sentados, luego acostados, se abrazan; responden a la prensa. Ella dice que dormirán juntos, al pie de la tribuna del Senado. Sonríen frente a cualquier cámara que se les atraviesa. Xóchitl traveseando con quien tiempo atrás le pidió a Marko Cortés renunciar por ineficiente.
A Madero no le agrada del todo ver al PAN aliado con sus otrora adversarios, el PRI y el PRD. Le pareció un fracaso estrepitoso el que la coalición sólo alcanzara para ganar dos de seis gubernaturas en 2022.
"Yo también me sumo a ese reclamo, a esa necesidad de pedirle a la dirigencia de nuestro partido un cambio en la dirigencia o de la dirigencia. Son dos cosas: o cambiamos la forma en que estamos haciendo las cosas o cambian los actores que están ejerciendo estas acciones”, declaró en junio de 2022.
Pero Cortés no tendrá otra opción más que levantarle la mano a Gálvez, no quizá como la próxima presidenta del país, pero sí, al menos, como la candidata del Frente Amplio por México. Xóchitl poco a poco se estabiliza en las preferencias, después de meses en que la oposición llegó a tener decenas de aspirantes presidenciales.
En cualquier escenario, compitiendo con las corcholatas más aventajadas (Sheinbaum, Ebrard o Adán Augusto López), Gálvez pierde por hasta 12 puntos, teniendo una base de respaldo que ronda el 30%.
En estas condiciones, un cuestionamiento importante es ¿qué hacen los priistas cuando desde enero su propio dirigente nacional, Alejandro Moreno, acordó con su contraparte del PAN que sería el blanquiazul quien definiría al candidato o candidata presidencial de la coalición? Al PRI sólo le queda posicionar militantes para negociar con alguna ventaja las candidaturas al Congreso.
Resulta una losa muy pesada cargar con las siglas del PRI, una marca con muchos negativos y que en estos meses muestra una tendencia a la baja. Debe resaltarse la experiencia de Beatriz Paredes: dos veces senadora, cuatro veces diputada federal; ha presidido ambas cámaras, además de que gobernó Tlaxcala y se desempeñó en múltiples cargos en su partido, entre ellos el de dirigente nacional.
Pese a lo anterior, Paredes tiene apenas un 8% de las preferencias para encabezar la alianza PAN-PRI-PRD en 2024. A Enrique de la Madrid, el hijo del expresidente, le va un poco mejor, al situarse alrededor de los 12 puntos, pero nada como para representar una competencia real para Gálvez.
Una senadora que añoraba competir por la Ciudad de México de pronto se convierte en la contendiente más fuerte de la oposición para buscar la Presidencia. Una jefa de Gobierno que basa su pre-precampaña en difundir su cercanía con el presidente López Obrador. Se acerca el momento de hacer oficial lo que ya se sabe: el destape de las destapadas.
Amasijo
Tan sólo el 48% de los latinoamericanos apoya la democracia; un 69% se dice insatisfecho con ella. En América Latina, a 28% de las personas le da lo mismo un régimen democrático que uno no democrático; para un 17%, incluso, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático. La sorpresa la da México: no un 17%, sino hasta un 33% de su ciudadanía prefiere, en algunas circunstancias, un gobierno déspota. Son los datos publicados recientemente por Latinobarómetro. Cabe la preocupación.
Politólogo por la UNAM. Doctor en Procesos Políticos por la UAM. Profesor e investigador en la Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo (UCEMICH). Twitter: @Javier_Rosiles, Facebook: jrosilessalas, email: javier.rosiles@gmail.com
