/ jueves 4 de agosto de 2022

Crisis de integridad

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra: Eurípides

A nivel global experimentamos una “crisis de integridad”. Con una frecuencia cada vez mayor sabemos de actores de la vida política, económica o social que han incurrido en faltas a la integridad. Derivado de su etimología, integridad proviene del latín (integrĭtas, -ātis) y hace referencia a una persona recta o intachable. Así lo explican en su libro “Integridad Académica y Plagio” Daniel Márquez y Pastora Melgar. Investigadores de la UNAM.

Las instituciones académicas no están exentas de experimentarlas cuando directivos, administrativos, docentes, estudiantes, personal operativo e incluso padres de familia pueden verse involucrados en acciones indebidas que comprometen la calidad en la formación académica de sus estudiantes.

Según Courtney Nicolaides de la Consultora Académica Turnitin, en México el 75% de los alumnos piensa que alguno de sus compañeros ha cometido algún nivel de plagio académico a lo largo de su formación académica. Lo cual resulta preocupante ya que afecta la capacidad de socialización y comunicación de los estudiantes de manera escrita y también repercute directamente en el aprendizaje.

“Acciones indebidas son: la copia o tentativa de copia en cualquier tipo de examen o actividad de aprendizaje; el plagio parcial o total; facilitar alguna actividad o material para que sea copiada y/o presentada como propia; la suplantación de identidad; acceder y/o manipular, sin autorización expresa, cuentas de correo electrónico o sistemas institucionales; falsear información; alterar documentos académicos; vender o comprar exámenes o distribuirlos, mediante cualquier modalidad; hurtar información o intentar sobornar a un profesor o cualquier colaborador de la institución, entre otras acciones más.

De ahí la importancia de escuchar y acompañar creando la línea de integridad, para adoptar la convicción de generar una cultura de la integridad y de la mejora continua a partir de los canales de atención y acompañamiento que promuevan las organizaciones en todos los miembros de su comunidad educativa”

La preocupación por garantizar la integridad académica en las instituciones nace en Alemania en el siglo XIX, ante un aumento de investigaciones académicas las instituciones dedicadas a la enseñanza, investigación y difusión cimentaron bases que permitieron cuidar la originalidad de la investigación e incentivar la innovación de esta evitando el plagio, principal preocupación sobre la falta de ética en las investigaciones en ese tiempo.

La definición de integridad académica para el Centro Internacional de Integridad Académica radica en el compromiso de seis valores fundamentales (confianza, honestidad, justicia, responsabilidad, respeto y valentía) que deben prevalecer junto con el coraje de saber hacer lo correcto incluso en situaciones de adversidad académica y debe ser practicado por profesores, alumnos e investigadores para evitar situaciones presuntuosas y sospechosas sobre la falta de ética de los involucrados. Dichos valores deben ser transformados en acciones académicas positivas.

Institucionalmente The University of Western Australia define la integridad académica de la siguiente manera: “…La integridad académica es un valor central de la educación e implica actuar con los principios de honestidad, confianza, equidad y responsabilidad en el aprendizaje, la enseñanza y la investigación, y requiere respeto por el conocimiento y su desarrollo…” (Integridad Académica y Plagio UNAM)

La integridad académica significa producir un trabajo honesto y ético y es una de las bases clave para ser un buen estudiante.

La relevancia de la Integridad académica ha tomado fuerza en nuestra contemporaneidad en dos momentos históricos. En 2011 cuando el Ministro de Defensa Alemán, Karl-Theodor zu Gutten – berg omitió citar documentos fuente de su tesis doctoral incurriendo así en actos de plagio. El segundo momento histórico donde encontramos relevancia en la integridad académica ha sido durante el aislamiento a causa de COVID-19 que enfrentó el mundo. La integridad académica se hace relevante hoy, ya que su ausencia ha impactado negativamente en el aprendizaje de los alumnos y en su manera de comunicación escrita. También ha afectado a la comunidad científica al afectar preponderantemente la innovación y la calidad en las investigaciones

En sentido mucho más simple, y tal vez más agresivo, podríamos determinar a la falta de integridad académica como un acto intencionado de fraude, hacer pasar por propio el trabajo de alguien más; sin embargo, en recientes fechas también encontramos un marco más amplio donde la integridad académica aporta prevención al bullying, al acoso sexual y la violencia verbal.

¡Urge trabajar el tema!


Dr. en Educ. J. Jesús Vázquez Estupiñán, Rector de la Universidad La Salle Morelia, jve @ulsamorelia.edu.mx


En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra: Eurípides

A nivel global experimentamos una “crisis de integridad”. Con una frecuencia cada vez mayor sabemos de actores de la vida política, económica o social que han incurrido en faltas a la integridad. Derivado de su etimología, integridad proviene del latín (integrĭtas, -ātis) y hace referencia a una persona recta o intachable. Así lo explican en su libro “Integridad Académica y Plagio” Daniel Márquez y Pastora Melgar. Investigadores de la UNAM.

Las instituciones académicas no están exentas de experimentarlas cuando directivos, administrativos, docentes, estudiantes, personal operativo e incluso padres de familia pueden verse involucrados en acciones indebidas que comprometen la calidad en la formación académica de sus estudiantes.

Según Courtney Nicolaides de la Consultora Académica Turnitin, en México el 75% de los alumnos piensa que alguno de sus compañeros ha cometido algún nivel de plagio académico a lo largo de su formación académica. Lo cual resulta preocupante ya que afecta la capacidad de socialización y comunicación de los estudiantes de manera escrita y también repercute directamente en el aprendizaje.

“Acciones indebidas son: la copia o tentativa de copia en cualquier tipo de examen o actividad de aprendizaje; el plagio parcial o total; facilitar alguna actividad o material para que sea copiada y/o presentada como propia; la suplantación de identidad; acceder y/o manipular, sin autorización expresa, cuentas de correo electrónico o sistemas institucionales; falsear información; alterar documentos académicos; vender o comprar exámenes o distribuirlos, mediante cualquier modalidad; hurtar información o intentar sobornar a un profesor o cualquier colaborador de la institución, entre otras acciones más.

De ahí la importancia de escuchar y acompañar creando la línea de integridad, para adoptar la convicción de generar una cultura de la integridad y de la mejora continua a partir de los canales de atención y acompañamiento que promuevan las organizaciones en todos los miembros de su comunidad educativa”

La preocupación por garantizar la integridad académica en las instituciones nace en Alemania en el siglo XIX, ante un aumento de investigaciones académicas las instituciones dedicadas a la enseñanza, investigación y difusión cimentaron bases que permitieron cuidar la originalidad de la investigación e incentivar la innovación de esta evitando el plagio, principal preocupación sobre la falta de ética en las investigaciones en ese tiempo.

La definición de integridad académica para el Centro Internacional de Integridad Académica radica en el compromiso de seis valores fundamentales (confianza, honestidad, justicia, responsabilidad, respeto y valentía) que deben prevalecer junto con el coraje de saber hacer lo correcto incluso en situaciones de adversidad académica y debe ser practicado por profesores, alumnos e investigadores para evitar situaciones presuntuosas y sospechosas sobre la falta de ética de los involucrados. Dichos valores deben ser transformados en acciones académicas positivas.

Institucionalmente The University of Western Australia define la integridad académica de la siguiente manera: “…La integridad académica es un valor central de la educación e implica actuar con los principios de honestidad, confianza, equidad y responsabilidad en el aprendizaje, la enseñanza y la investigación, y requiere respeto por el conocimiento y su desarrollo…” (Integridad Académica y Plagio UNAM)

La integridad académica significa producir un trabajo honesto y ético y es una de las bases clave para ser un buen estudiante.

La relevancia de la Integridad académica ha tomado fuerza en nuestra contemporaneidad en dos momentos históricos. En 2011 cuando el Ministro de Defensa Alemán, Karl-Theodor zu Gutten – berg omitió citar documentos fuente de su tesis doctoral incurriendo así en actos de plagio. El segundo momento histórico donde encontramos relevancia en la integridad académica ha sido durante el aislamiento a causa de COVID-19 que enfrentó el mundo. La integridad académica se hace relevante hoy, ya que su ausencia ha impactado negativamente en el aprendizaje de los alumnos y en su manera de comunicación escrita. También ha afectado a la comunidad científica al afectar preponderantemente la innovación y la calidad en las investigaciones

En sentido mucho más simple, y tal vez más agresivo, podríamos determinar a la falta de integridad académica como un acto intencionado de fraude, hacer pasar por propio el trabajo de alguien más; sin embargo, en recientes fechas también encontramos un marco más amplio donde la integridad académica aporta prevención al bullying, al acoso sexual y la violencia verbal.

¡Urge trabajar el tema!


Dr. en Educ. J. Jesús Vázquez Estupiñán, Rector de la Universidad La Salle Morelia, jve @ulsamorelia.edu.mx