/ martes 7 de noviembre de 2023

Acapulco

Se cuentan en gran cantidad las historias de los infortunios en nuestro país. el peso de las tragedias ha sacudido estructuras materiales y sociales por las consecuencias obvias que han generado en cuanto a muertos, heridos, desastres en la economía y la mortandad.

En la memoria se quedó grabada la imagen de aquel infausto 19 de septiembre de 1985, en ese infausto día el terremoto arrasó la capital del país, los muertos y la destrucción fueron elocuentes, vino la respuesta de la sociedad para establecer una manifestación sin precedentes de solidaridad ante un gobierno encabezado por Miguel de la Madrid que se inmovilizaba ya rebasado por las circunstancias.

En la actualidad se padecen los estragos y todos sus derivados en Acapulco y zonas aledañas en la costa del estado de Guerrero tras el impacto brutal del huracán Otis, los daños no se han dejado de contar, las cifras suben en cuanto a muertos además de las pérdidas materiales. Las imágenes de la emblemática bahía lucen desoladoras, el olor a tragedia impregna su extensión y la incertidumbre pinta un panorama sombrío.

El reporte actual del domingo 5 de noviembre reporta el fallecimiento de 47 personas a consecuencia del meteoro, además un número significativo aún se encuentran desaparecidas lo que incrementa el drama y la desesperanza. Acapulco no será el mismo.

Los actos de rapiña fueron múltiples, es decir el caos imperó en el puerto emblemático de Guerrero en donde no había comunicaciones, fallos en materia de energía, en una palabra: desolación. El saqueo registrado en el golpeado puerto fue interpretado como un acto de cohesión social por la presidenta municipal Abelina López Rodríguez, parece que no ve ni asimila lo que sucedió, los robos en centro comerciales y bodegas de electrodomésticos y mercancía de diversa índole son delitos. La autoridad municipal rebasada por las circunstancias aflora su ineptitud y negligencia.

En muchos lugares de México la sociedad contribuye con víveres para los afectados del huracán, la solidaridad humana se manifiesta mientras los diferentes niveles de gobierno trazan planes con cierta lentitud, no se percibe algún dejo de autocrítica de los gobernantes, pareciera les importa más su popularidad que va de la mano de la vanidad.

La imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador quien se quedaba varado en un auto al dirigirse al lugar de la tragedia está presente, en tanto la gobernadora de Guerrero Evelyn Salgado estuvo ausente desde el principio del problema, las evidencias fueron obvias, lo cual es un mensaje que exhibe la nula capacidad de respuesta.

El estado mexicano debiera responder con más rapidez ante siniestros como el que se padece en Guerrero, al final lo que vemos y escuchamos son dimes y diretes entre lo dicho por los representantes de las autoridades y sus críticos como un elemento más de una polarización que no sirve de mucho, los extremos entre mal querientes tienden a desinformar porque llevan sus dichos a un esquema binario, maniqueo, apoyado en muchas medias verdades.

La solidaridad mexicana sigue vigente aún en medio de tantas dificultades que nos azotan un día si y otro también, se trata de una bandera que no ha dejado de ondear porque está presente pese a todo, ese espíritu de apoyo está vivo aún en medio de una realidad oscura.


Presidente de la Crónica de Paracho 2020-2022, Trabajó como Secretario en Secretaría de Difusión Cultural y Extensión Universitaria.

Se cuentan en gran cantidad las historias de los infortunios en nuestro país. el peso de las tragedias ha sacudido estructuras materiales y sociales por las consecuencias obvias que han generado en cuanto a muertos, heridos, desastres en la economía y la mortandad.

En la memoria se quedó grabada la imagen de aquel infausto 19 de septiembre de 1985, en ese infausto día el terremoto arrasó la capital del país, los muertos y la destrucción fueron elocuentes, vino la respuesta de la sociedad para establecer una manifestación sin precedentes de solidaridad ante un gobierno encabezado por Miguel de la Madrid que se inmovilizaba ya rebasado por las circunstancias.

En la actualidad se padecen los estragos y todos sus derivados en Acapulco y zonas aledañas en la costa del estado de Guerrero tras el impacto brutal del huracán Otis, los daños no se han dejado de contar, las cifras suben en cuanto a muertos además de las pérdidas materiales. Las imágenes de la emblemática bahía lucen desoladoras, el olor a tragedia impregna su extensión y la incertidumbre pinta un panorama sombrío.

El reporte actual del domingo 5 de noviembre reporta el fallecimiento de 47 personas a consecuencia del meteoro, además un número significativo aún se encuentran desaparecidas lo que incrementa el drama y la desesperanza. Acapulco no será el mismo.

Los actos de rapiña fueron múltiples, es decir el caos imperó en el puerto emblemático de Guerrero en donde no había comunicaciones, fallos en materia de energía, en una palabra: desolación. El saqueo registrado en el golpeado puerto fue interpretado como un acto de cohesión social por la presidenta municipal Abelina López Rodríguez, parece que no ve ni asimila lo que sucedió, los robos en centro comerciales y bodegas de electrodomésticos y mercancía de diversa índole son delitos. La autoridad municipal rebasada por las circunstancias aflora su ineptitud y negligencia.

En muchos lugares de México la sociedad contribuye con víveres para los afectados del huracán, la solidaridad humana se manifiesta mientras los diferentes niveles de gobierno trazan planes con cierta lentitud, no se percibe algún dejo de autocrítica de los gobernantes, pareciera les importa más su popularidad que va de la mano de la vanidad.

La imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador quien se quedaba varado en un auto al dirigirse al lugar de la tragedia está presente, en tanto la gobernadora de Guerrero Evelyn Salgado estuvo ausente desde el principio del problema, las evidencias fueron obvias, lo cual es un mensaje que exhibe la nula capacidad de respuesta.

El estado mexicano debiera responder con más rapidez ante siniestros como el que se padece en Guerrero, al final lo que vemos y escuchamos son dimes y diretes entre lo dicho por los representantes de las autoridades y sus críticos como un elemento más de una polarización que no sirve de mucho, los extremos entre mal querientes tienden a desinformar porque llevan sus dichos a un esquema binario, maniqueo, apoyado en muchas medias verdades.

La solidaridad mexicana sigue vigente aún en medio de tantas dificultades que nos azotan un día si y otro también, se trata de una bandera que no ha dejado de ondear porque está presente pese a todo, ese espíritu de apoyo está vivo aún en medio de una realidad oscura.


Presidente de la Crónica de Paracho 2020-2022, Trabajó como Secretario en Secretaría de Difusión Cultural y Extensión Universitaria.

ÚLTIMASCOLUMNAS
jueves 25 de abril de 2024

Del libro

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

jueves 04 de abril de 2024

París bien vale una misa

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

miércoles 14 de febrero de 2024

Relevo generacional, deseos y riesgos

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

martes 30 de enero de 2024

Evangelio laico

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

lunes 15 de enero de 2024

Tiempos complicados

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

martes 02 de enero de 2024

Año nuevo, proceso electoral

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

martes 19 de diciembre de 2023

Feliz Navidad

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

martes 05 de diciembre de 2023

Precampañas

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

miércoles 22 de noviembre de 2023

Serrat y la poesía

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

martes 07 de noviembre de 2023

Acapulco

Golpe de Timón

Teodoro Barajas

Cargar Más