/ jueves 23 de abril de 2020

Paro futbolístico puede provocar depresión

El sociólogo Alberto Guerrero enfatizó que el fútbol cumple una perspectiva de distractor ante las situaciones de la vida

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La ausencia obligada de futbol y de todo lo que gira en torno a este deporte, puede llegar ocasionar en los aficionados desolación, depresión y pérdida de interés en otros aspectos de la vida.

Así lo consideró el sociólogo José Alberto Guerrero, quien señaló en entrevista para el Sol de Morelia que la suspensión del futbol profesional en México atrae consecuencias sociales importantes, además de que se modifican patrones de comportamiento en los seguidores de este deporte.

Un aficionado que puede considerar que tiene una vida propia y ajena al futbol, quizás estará tratando de buscar otras alternativas de diversión, pero el seguidor que su charla gira alrededor del deporte y de su equipo, seguramente se siente descobijado y desolado, pues inclusive el consumo de los diarios deportivos ha disminuido porque no hay noticias que ofrecer

El especialista en la materia y autor de la tesis universitaria “La porra Plus Pumas, una cultura en movimiento”, expuso que resulta interesante hacer un análisis social y cultural de la situación para entender cómo los hinchas están abordando la sequía de fútbol a causa de Covid-19.




Y es que el sociólogo egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana enfatizó que a final de cuentas el fútbol ha venido cumpliendo una perspectiva de distractor ante las situaciones de la vida real que se van presentando en las ciudades y sus respectivos contextos.

“Hay lugares donde el fútbol cumple esa labor de unificador de diferentes puntos sociales, en otras ciudades se vuelve un detonante económico. En el caso de Morelia, ha cumplido un papel social, cultural, económico y hasta político; sin dejar de lado el manejo de masas y la economía formal e informal”.

En lo que se refiere a las barras bravas, indicó que no solamente se presenta una afectación emocional por el estilo de vida adoptado, sino también en lo económico, dado que muchos líderes de estas agrupaciones hacen del futbol una fuente de ingresos, ya sea con la venta de boletos, playeras o la organización de viajes a otros estadios.

Para José Alberto Guerrero, los jugadores son otro foco importante dentro del sufrimiento en esta contingencia sin fútbol, ya que argumentó que la mayoría no suele estar preparado para dejar un rol protagonista y de estrella, al cual se acostumbran fácilmente durante su carrera.

“Lo primero es en lo laboral, ya que algunos clubes han tomado la determinación de reducirles el salario, pero también está el asunto del protagonismo, pues cuando dejan de ser las estrellas, no saben cómo dar el siguiente paso, se requiere de una preparación mental”.

Si bien la industria del fútbol ha optado por crear un torneo virtual para tratar de satisfacer las necesidades de los aficionados, el sociólogo consideró que hasta el momento no han logrado su cometido, puesto que argumentó que es complicado sustituir los simbolismos a los que el seguidor está acostumbrado.



Ante el cuestionamiento de si el mexicano y en específico el moreliano puede sobrevivir sin fútbol, José Alberto Guerrero expresó que la experiencia de la contingencia ha demostrado que la gente puede priorizar su tiempo para estar con la familia y generar convivencia que antes no llevaban a la práctica.

Pero al mismo tiempo, añadió, se sigue anhelando el momento en el que regrese el futbol y con ellos los rituales culturales que van desde sentarte frente a un televisor para mirar un partido de tu equipo o hasta tomar el colectivo público para asistir al estadio.

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La ausencia obligada de futbol y de todo lo que gira en torno a este deporte, puede llegar ocasionar en los aficionados desolación, depresión y pérdida de interés en otros aspectos de la vida.

Así lo consideró el sociólogo José Alberto Guerrero, quien señaló en entrevista para el Sol de Morelia que la suspensión del futbol profesional en México atrae consecuencias sociales importantes, además de que se modifican patrones de comportamiento en los seguidores de este deporte.

Un aficionado que puede considerar que tiene una vida propia y ajena al futbol, quizás estará tratando de buscar otras alternativas de diversión, pero el seguidor que su charla gira alrededor del deporte y de su equipo, seguramente se siente descobijado y desolado, pues inclusive el consumo de los diarios deportivos ha disminuido porque no hay noticias que ofrecer

El especialista en la materia y autor de la tesis universitaria “La porra Plus Pumas, una cultura en movimiento”, expuso que resulta interesante hacer un análisis social y cultural de la situación para entender cómo los hinchas están abordando la sequía de fútbol a causa de Covid-19.




Y es que el sociólogo egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana enfatizó que a final de cuentas el fútbol ha venido cumpliendo una perspectiva de distractor ante las situaciones de la vida real que se van presentando en las ciudades y sus respectivos contextos.

“Hay lugares donde el fútbol cumple esa labor de unificador de diferentes puntos sociales, en otras ciudades se vuelve un detonante económico. En el caso de Morelia, ha cumplido un papel social, cultural, económico y hasta político; sin dejar de lado el manejo de masas y la economía formal e informal”.

En lo que se refiere a las barras bravas, indicó que no solamente se presenta una afectación emocional por el estilo de vida adoptado, sino también en lo económico, dado que muchos líderes de estas agrupaciones hacen del futbol una fuente de ingresos, ya sea con la venta de boletos, playeras o la organización de viajes a otros estadios.

Para José Alberto Guerrero, los jugadores son otro foco importante dentro del sufrimiento en esta contingencia sin fútbol, ya que argumentó que la mayoría no suele estar preparado para dejar un rol protagonista y de estrella, al cual se acostumbran fácilmente durante su carrera.

“Lo primero es en lo laboral, ya que algunos clubes han tomado la determinación de reducirles el salario, pero también está el asunto del protagonismo, pues cuando dejan de ser las estrellas, no saben cómo dar el siguiente paso, se requiere de una preparación mental”.

Si bien la industria del fútbol ha optado por crear un torneo virtual para tratar de satisfacer las necesidades de los aficionados, el sociólogo consideró que hasta el momento no han logrado su cometido, puesto que argumentó que es complicado sustituir los simbolismos a los que el seguidor está acostumbrado.



Ante el cuestionamiento de si el mexicano y en específico el moreliano puede sobrevivir sin fútbol, José Alberto Guerrero expresó que la experiencia de la contingencia ha demostrado que la gente puede priorizar su tiempo para estar con la familia y generar convivencia que antes no llevaban a la práctica.

Pero al mismo tiempo, añadió, se sigue anhelando el momento en el que regrese el futbol y con ellos los rituales culturales que van desde sentarte frente a un televisor para mirar un partido de tu equipo o hasta tomar el colectivo público para asistir al estadio.

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