Morelia, Mich. (OEM- Infomex).- A paso rápido y trote veloz; con la audacia, el instinto y lo años de práctica que este oficio les ha proporcionado, es así como Alejandro Dimas recorre el semáforo del cruce a la salida a Salamanca, en tan sólo tres minutos.
Dimas espera al borde de la banqueta el cambio de verde al rojo, pues sabe que al momento que se detienen los automóviles comienza la travesía de llevar la noticia a quienes la necesitan.
Al grito de “El Sooool” comienza el recorrido de manera veloz, camina entre los coches, rozando con camiones y motocicletas, llega hasta el primer tope y retoma su camino a su estación de trabajo: un pequeño puesto de periódicos que ha sido su hogar por al menos 30 años.
Alejandro Dimas es un hombre oriundo de la capital michoacana con un profundo amor a la noticia y a la difusión de los actos políticos y sociales, cuya única intención al despertar por las mañanas es llevar el acontecer diario a manos de los morelianos.
Este voceador comenzó su carrera a la edad de ocho años, cuando su hermano mayor, Enrique, lo llevaba al Bosque Cuauhtémoc a comenzar la venta de periódicos, colonia por colonia.
Me dejaba trabajar solo y me quedaba trabajando en el bosque, como niño perdido, pero no soltaba mi periódico ni dejaba que nadie me agarrara y así comencé a caminar yo solito
El amor por su oficio lo llevó a recorrer todos los rincones de Morelia, pues recuerda con nostalgia aquella ruta que tomaba saliendo de la redacción de El Sol de Morelia, a partir de las 4:00 de la mañana.
Mis recorridos eran en colonias, empezaba en El Sol, bajaba al Civil, a la Pila del Gallo, San Agustín, el Mercado Independencia, San Juan, y de ahí al Auditorio, la Calzada Juárez y terminaba en CU para tomar mi camión; y así todos los días
Ahora, con 31 años en el oficio, Dimas maneja a la perfección los cruces de semáforo, una tarea que a decir del voceador más antiguo de esta casa editorial, no es un trabajo sencillo.
Los retos de llevar la noticia de mano en mano sobrepasan el cansancio físico y cualquier accidente que se pueda suscitar en las calles de la capital michoacana, pues a decir de este voceador, los cambios generacionales han significado el desafío más grande para este oficio.
“Lo que pasa hoy en día es que la gente ya no quiere leer, hemos perdido ese hábito de la lectura; las redes sociales nos han llevado a querer todo de a rápido, sin verificar si es cierto o no lo que ahí dicen; sin embargo, en el impreso es diferente, cuando tú pones una nota en el medio impreso es porque ya la traes, esto es algo que las redes sociales no van a poder competir”, acotó Dimas.
Aunado a ello, los cambios en la infraestructura de la ciudad han hecho que la tarea de anunciar y vender sean más complejos para quienes viven de este oficio.
La construcción de puentes vehiculares a desnivel ha desplazado de su lugar y dejado sin trabajo a muchos de los compañeros de Dimas, quien señaló que fue a partir del sexenio del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, cuando la situación comenzó a verse difícil para los voceadores morelianos.
Sin embargo, el que el trabajo sea más complejo y competido, es un motivante más para hacerlo con mayor entrega y pasión; pues el señor Alejandro sabe que la noticia no descansa y así como eso, él tampoco.
Su jornada laboral comienza a las 5:00 de la mañana, cuando los periódicos comienzan a llegar a su puesto ubicado frente al “Átomo” de la salida a Salamanca; una vez ahí los rondines entre los automóviles comienzan en punto de las 6:00 horas, hasta culminar la jornada a las 15:00 horas, donde el trabajo no termina, pues continúa dentro de la pequeña cabina metálica hasta las 21:00 horas, momento en que es necesario bajar la cortinilla y terminar el día.
Para este voceador tradicional, el trabajo duro es la única opción, pues subrayó que esta no es tarea para quienes buscan una “chamba” sencilla.
La exigencia de estar ahí adentro es siempre que te vean, si no te ven que gritas, si no te ven que estás ahí, obviamente la demanda del periódico va a ser menos, nuestra vida diaria como voceador es gritar y que te vean dentro del crucero, no pensar que si llegas a las siete te vas a ir a las 11:00
En ese sentido, recalcó la importancia por tenerle amor y cariño a que lo se hace día con día, pues mencionó que si él no estuviese enamorado del oficio que lleva toda su vida practicando, no lo realizaría con el mismo empeño y dedicación.
“Yo le empecé a tomar cariño a esto porque en su momento yo quise ser periodista, le empecé a tomar cariño porque me gusta mucho el contacto con la gente y que te vean a ti como el mejor (...), mi mayor pasión es la noticia, es leer, sentirme parte de lo que es el equipo de trabajo, porque yo así lo considero, esto es una cadena, desde la dirección, la redacción, circulación, quienes reparten y los que estamos aquí”, aseguró.
Y es que a pesar de los días malos, bajos de ventas y los obstáculos que se han cruzado en su camino, Alejandro Dimas asegura que no cambiaría ni un solo día de su trabajo por otra cosa.
El contacto con la gente, la cercanía a la información y el encuentro de opiniones en lo que él denomina “la calle redonda”, lo han llevado a amar cada detalle de su oficio por décadas.
Y es que, aquel año de 1988 cuando comenzó su labor, ya ha quedado en el pasado; ahora no queda más que el trabajo duro, su puesto de periódicos y una larga tradición que apuesta a no desaparecer, pues Alejandro Dimas apunta a hacer esto por los menos unos 20 años más.
Lo voy a seguir haciendo mientras mi cuerpo me lo permita, porque mientras haya quién me compre el periódico, yo voy a existir
