/ sábado 10 de agosto de 2019

Báez Hernández, el acompañante crítico

Durante 41 años, don Francisco Javier ha comprado El Sol de Morelia; él es el primer suscriptor de esta casa editorial 

Un día de 1978, al transitar por la Avenida Madero después de una jornada laboral como docente y laboratorista en el Colegio de San Nicolás de la Universidad Michoacana, Francisco, médico de profesión, obtuvo la edición cero del periódico que habría de acompañarlo hasta hoy en día para conocer los hechos más relevantes de su ciudad, del estado, del país y del mundo.

Desde hace 41 años, es el lector más crítico que tiene esta casa editorial. De vez en cuando llama a la redacción para comentar acerca de algún error o sólo para dar su opinión de la edición. Francisco Javier Báez Hernández es el primer suscriptor de El Sol de Morelia y el lector más crítico.


“A mí me regalaron la edición triple cero y también la suscripción durante seis meses seguidos, después de eso y platicando con mi esposa decidimos comprar la anualidad que para entonces nos costaba 60 centavos cada periódico por 360 días del año”, narra don Francisco en entrevista para El Sol de Morelia.

Cada edición que pudo leer fue almacenada en una de las habitaciones de su hogar durante 26 años consecutivos y cuando decidió deshacerse del material, en lugar de tirarlo a la basura o venderlo, lo donó a la Hemeroteca Pública Universitaria, que para entonces se ubicaba en la calle León Guzmán de la Colonia Industrial.


“Cuando tomé la decisión de sacar todo el periódico fue porque mi hijo el mayor, ya no tenía más espacio en su habitación porque eran hileras de montones acumulados, uno tras otro que hacían torres de papel y que para mí ya no servían, pero pensé en la utilidad que tendría para otras personas que quisieran consultar alguna información periodística y por eso lo llevé a la Hemeroteca”.

Fueron tres cargas de camionetas las que se ocuparon para llevar el material y relató que después de eso, sólo guarda los periódicos por un semestre y después los regala a una persona del Mercado de San Juan, a quien se le entregan entre 100 y 120 kilos de papel.

APOSTAR POR LA CREDIBILIDAD

“Yo no conozco nada del periodismo ni de edición, pero siento que se ha perdido la credibilidad con la gente, ya que ahora se informan por las redes sociales y la televisión que emite información carente de fundamentación real”, asegura don Francisco.

El hombre de 75 años, reconoce que la tecnología representa un riesgo generalizado para todos los medios impresos porque “el Internet, las cadenas sociales y los portales informativos han acaparado la atención, sobre todo de la gente joven por la facilidad de acceder a través de un celular, tableta o computadora a noticias que son compartidas al momento y que no requieren de gastar en papel para saber lo que sucedió.


“Por eso creo que los medios impresos deben plantear y trabajar más sobre alternativas que ayuden a recuperar a toda esa gente que prefiere consultar el Internet antes que pagar un periódico que, seguramente, tendrá la misma información pero para consultarse hasta un día después”, asegura convencido don Francisco.

Sin embargo, argumenta que “así como existe esa facilidad en la actualidad, también hay un problema cultural y social en la población: por una parte, se deja de leer por ingresar al Internet, donde muchas veces son noticias poco o nada fundamentadas y confunden o mal informan a la población, y por otra hay repercusiones a la salud de quienes pasan horas frente a las pantallas para navegar por la red”.

En todos estos años, don Francisco ha visto cambios dentro del El Sol de Morelia, uno para bien y otros para mal. Recuerda que en algún momento se modificó el tamaño del tabloide a uno más grande, pero “o no les funcionó o dejaron de comprarles el periódico porque no duró ese formato y regresaron al tradicional que en realidad, es el que a mí me gusta más.


“El Sol de Morelia ha sufrido cambios. Fue bueno que hayan quitado la parte policiaca y que intercalen ese tipo de noticias en el contenido local, porque ya no se ve tan amarillista.

“Los contrastes que en general se pueden identificar tienen que ver más con el estilo que le aporta cada persona que colabora para este medio de comunicación, ya sea en la parte informativa, de opinión, las imágenes y características editoriales que se han añadido o modificado durante todos estos años son particularidades que han identificado a este periódico”, comenta el suscriptor.

Un día de 1978, al transitar por la Avenida Madero después de una jornada laboral como docente y laboratorista en el Colegio de San Nicolás de la Universidad Michoacana, Francisco, médico de profesión, obtuvo la edición cero del periódico que habría de acompañarlo hasta hoy en día para conocer los hechos más relevantes de su ciudad, del estado, del país y del mundo.

Desde hace 41 años, es el lector más crítico que tiene esta casa editorial. De vez en cuando llama a la redacción para comentar acerca de algún error o sólo para dar su opinión de la edición. Francisco Javier Báez Hernández es el primer suscriptor de El Sol de Morelia y el lector más crítico.


“A mí me regalaron la edición triple cero y también la suscripción durante seis meses seguidos, después de eso y platicando con mi esposa decidimos comprar la anualidad que para entonces nos costaba 60 centavos cada periódico por 360 días del año”, narra don Francisco en entrevista para El Sol de Morelia.

Cada edición que pudo leer fue almacenada en una de las habitaciones de su hogar durante 26 años consecutivos y cuando decidió deshacerse del material, en lugar de tirarlo a la basura o venderlo, lo donó a la Hemeroteca Pública Universitaria, que para entonces se ubicaba en la calle León Guzmán de la Colonia Industrial.


“Cuando tomé la decisión de sacar todo el periódico fue porque mi hijo el mayor, ya no tenía más espacio en su habitación porque eran hileras de montones acumulados, uno tras otro que hacían torres de papel y que para mí ya no servían, pero pensé en la utilidad que tendría para otras personas que quisieran consultar alguna información periodística y por eso lo llevé a la Hemeroteca”.

Fueron tres cargas de camionetas las que se ocuparon para llevar el material y relató que después de eso, sólo guarda los periódicos por un semestre y después los regala a una persona del Mercado de San Juan, a quien se le entregan entre 100 y 120 kilos de papel.

APOSTAR POR LA CREDIBILIDAD

“Yo no conozco nada del periodismo ni de edición, pero siento que se ha perdido la credibilidad con la gente, ya que ahora se informan por las redes sociales y la televisión que emite información carente de fundamentación real”, asegura don Francisco.

El hombre de 75 años, reconoce que la tecnología representa un riesgo generalizado para todos los medios impresos porque “el Internet, las cadenas sociales y los portales informativos han acaparado la atención, sobre todo de la gente joven por la facilidad de acceder a través de un celular, tableta o computadora a noticias que son compartidas al momento y que no requieren de gastar en papel para saber lo que sucedió.


“Por eso creo que los medios impresos deben plantear y trabajar más sobre alternativas que ayuden a recuperar a toda esa gente que prefiere consultar el Internet antes que pagar un periódico que, seguramente, tendrá la misma información pero para consultarse hasta un día después”, asegura convencido don Francisco.

Sin embargo, argumenta que “así como existe esa facilidad en la actualidad, también hay un problema cultural y social en la población: por una parte, se deja de leer por ingresar al Internet, donde muchas veces son noticias poco o nada fundamentadas y confunden o mal informan a la población, y por otra hay repercusiones a la salud de quienes pasan horas frente a las pantallas para navegar por la red”.

En todos estos años, don Francisco ha visto cambios dentro del El Sol de Morelia, uno para bien y otros para mal. Recuerda que en algún momento se modificó el tamaño del tabloide a uno más grande, pero “o no les funcionó o dejaron de comprarles el periódico porque no duró ese formato y regresaron al tradicional que en realidad, es el que a mí me gusta más.


“El Sol de Morelia ha sufrido cambios. Fue bueno que hayan quitado la parte policiaca y que intercalen ese tipo de noticias en el contenido local, porque ya no se ve tan amarillista.

“Los contrastes que en general se pueden identificar tienen que ver más con el estilo que le aporta cada persona que colabora para este medio de comunicación, ya sea en la parte informativa, de opinión, las imágenes y características editoriales que se han añadido o modificado durante todos estos años son particularidades que han identificado a este periódico”, comenta el suscriptor.

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