Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Aunque en 2022 el número de homicidios dolosos disminuyó en 24 por ciento respecto al 2021, con una cifra oficial de mil 901 asesinatos, el estado sigue como uno de los punteros en el país en el registro de este delito.
Hasta el 24 de enero se habían cometido 111 crímenes, lo que representa 32 por ciento menos que en 2022. Sin embargo, la entidad está entre los cuatro estados con más eventos de este tipo, solo superado por Guanajuato, Estado de México y Chihuahua, de acuerdo a datos oficiales de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó recientemente la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) en la que se observa que dos ciudades en el estado mejoraron su percepción ligeramente. En septiembre del año pasado, 72 por ciento de los morelianos decían sentirse inseguros, mientras que en diciembre la cifra se movió a 68 por ciento.
En ese mismo periodo, Lázaro Cárdenas pasó de 50 a 48 por ciento, mientras que Uruapan transitó de 84 a 86 por ciento. En este último caso, la ciudad aguacatera continúa en el top de las zonas urbanas donde una inmensa mayoría de sus habitantes se sienten vulnerables, en una lista encabezada por Fresnillo, Zacatecas, donde el 98 por ciento reconocen que no hay condiciones de convivencia pacífica.
Pese a la baja en homicidios dolosos y la ligera mejoría en percepción de inseguridad, en 2022 Michoacán figuró entre las tres entidades con más noticias publicadas referentes a hechos delictivos con crueldad extrema, de acuerdo al Informe Anual de Atrocidades publicado por la organización civil Causa en Común.
En este documento consta que a lo largo del año pasado se consignaron 438 eventos de este tipo, que incluyen actos como tortura, mutilación, feminicidios, masacres, asesinatos de menores de edad y hallazgos de cadáveres en fosas clandestinas. Solamente Baja California (605) y Guanajuato (547) superaron a Michoacán, que por sí solo reunió 53 noticias referentes a masacres, 42 que dieron cuenta de crímenes donde las víctimas fueron niños y adolescentes, además de 51 feminicidios donde se evidenciaron actos de tortura.
En total, 622 personas que vivían en Michoacán fueron asesinadas bajo este tipo de actos, lo que la ubica entre las primeras cinco junto a Chiapas, Veracruz, Guanajuato y Puebla. El recuento de Causa en Común incluye casos de alto impacto como el fusilamiento de 17 civiles en San José de Gracia, una mujer que fue encontrada a pie de carretera con quemaduras en su cuerpo, el hallazgo de seis restos óseos en Huaniqueo y otros ocho en Tarímbaro.
Enero, bajo fuego
El inicio de año ha sido otra vez complicado para la entidad. Apenas se celebraba la llegada del 2023 cuando se dio la primera masacre en la capital Morelia: hombres armados dispararon a cinco personas en la colonia Morelos, tres de las cuales murieron inmediatamente, entre ellas dos mujeres. El 4 de enero, seis cuerpos fueron encontrados en tres diferentes fosas clandestinas de la comunidad de Loma Larga, en Zitácuaro, y ese mismo día, pero en Zamora, peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) hallaron dos osamentas en las inmediaciones de la planta tratadora de aguas residuales.
Las bajas de elementos policiacos y militares ya fueron nota periodística antes de que concluya el primer mes del año. El 8 de enero, un policía que se encontraba en su día de descanso fue asesinado a tiros en la colonia Lindavista de Jacona, mientras que el 21 se dio a conocer la emboscada que presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación les tendieron a miembros del Ejército Mexicano, causando la muerte del coronel de infantería Héctor Miguel Vargas Carrillo, de quien trascendió que fue arrollado por un vehículo de blindaje artesanal, conocido como “Monstruo”.
Otro de los actos que acaparó la atención mediática fue el asesinato del empresario y exdirector de Ferias de Michoacán, José Romero Navarro, asesinado por un hombre solitario la noche del 20 de enero afuera de su propia casa, en el fraccionamiento Tres Marías.
Finalmente, se tiene el caso de los dos activistas plagiados en Aquila: Antonio Díaz Valencia y Ricardo Lagunes Gasca, quienes hasta el cierre de esta edición no habían sido localizados pese a que colaboran autoridades de Colima, Michoacán y las federales.
