/ miércoles 18 de enero de 2023

Entre tertulias y opulencia surge la historia de El Palacio abandonado

El edificio data de la mitad del siglo XVIII y su dueño, José María Timoteo Escandón, fue amigo de Miguel Hidalgo; actualmente, una parte de él alberga una casa del estudiante 

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).-En medio de una avenida y una calle con tránsito neurálgico tanto de peatones como de automóviles, está un edificio a medio restaurar, con ventanas rotas y una terraza en ruinas, aunque no siempre fue así.

De hecho, en la época de la Colonia fue la mansión más grande de la ciudad e incluso hay quienes la nombran como El Palacio.

Te puede interesar: De mansión a museo: la historia sobre la casa de Isidro Huarte

El inmueble del que hablamos se ubica en la esquina de la calle Álvaro Obregón y la Avenida Madero, en pleno casco antiguo de Morelia.


El edificio fue construido a mediados del siglo XVIII a petición de José María Timoteo Escandón, conde de Sierra Gorda / Foto: Adid Jiménez | El Sol de Morelia


Esta información la compartió el historiador y guía de turistas Hiram Padilla Razo, quien en entrevista refirió que ese lugar fue el único en Morelia donde vivió un conde verdadero e incluso había una recámara habilitada para que el rey de España se quedara a dormir, en el remoto caso de que su alteza llegara a visitar la Nueva Valladolid.

Pero ningún rey viajó a su colonia en América y quizá este detalle contribuyó a que España la perdiera, pero eso es otra historia. El caso es que el Palacio tenía esa habitación porque el dueño del lugar era un hombre opulento, que pudo construir la casa a mediados del siglo XVIII. Su nombre era José María Timoteo Escandón.



El que fuera un tipo rico se puede deducir fácilmente por lo que había en el edificio, pues de acuerdo con Padilla Rizo “en su tiempo fue la casa más grande de la ciudad, la parte delantera, que da a la calle Real –la actual Avenida Madero– tenía su patio principal

Por otro lado, “en la parte de atrás, donde se ven los arcos, había una terraza techada con doble vista y elegantes jardines, además de animales exóticos como pavo reales y fauna traída desde Filipinas”.

Además, contaba con un oratorio, un retablo de madera dorada dedicada a la virgen de Guadalupe, objetos litúrgicos en plata, una sala de lujo con telas de Damasco, que era conocida como ‘El salón del dosel’, un salón de billar, entre otras cosas.

Queda claro su poder adquisitivo, pero falta aclarar un detalle importante: ¿Por qué era tan rico Timoteo Escandón? Al respecto, Padilla Rizo mencionó que el conde heredó el título de su padre y luego de su hermano, mientras que la riqueza provenía de la explotación de la tierra de la Sierra Gorda, en el actual Querétaro.

El historiador relató también que el conde no era originario de esta ciudad; había nacido en la Ciudad de México, pero se mudó a Valladolid para atender un cargo eclesiástico importante.


En el edificio se realizaban tertulias durante la época de Independencia / Foto: Adid Jimpenez | El Sol de Morelia


“Era uno de los miembros más importantes del cabildo catedralicio y se sabe que en su casa se reunían para hacer tertulias poéticas, teatrales y musicales a las que también asistió Miguel Hidalgo”, señaló.

En este punto es importante considerar la diferencia entre las palabras ‘tertulia’ y ‘conspiración’, porque las personas del pasado también necesitaban espacios para distraerse y las tertulias eran para eso.


Pero resulta que el señor Escandón sí tuvo un papel posterior en la guerra de Independencia, pues Miguel Hidalgo y sus seguidores fueron excomulgados por el obispo de ese momento, Manuel Abad y Queipo, el cual huyó de la ciudad antes de que las fuerzas independentistas entraran a Valladolid.

En ese entonces, aprovechó sus facultades eclesiásticas para quitar la excomunión de Hidalgo. Lo hizo tanto porque Hidalgo era su amigo como para evitar represalias de la gente, pues “al parecer en Valladolid, la atmósfera era a favor de la insurgencia”; sin embargo, a Escandón lo sorprendió la muerte en 1814, en plena guerra de Independencia.

Después de eso, la casa enorme tuvo varios usos y modificaciones, pues fue palacio episcopal, mientras que con la llegada del siglo XX y la constitución de la Universidad Michoacana, fue convertido en laboratorios de la Facultad de Biología y luego en archivo.

En la década de 1950, la parte de atrás del edificio se convirtió en Casa del Estudiante, espacio que todavía opera hoy.

Luego el estado colocó oficinas de la Secretaría de Educación en el Estado (SEE) y actualmente, refirió Padilla Rizo, “no ha tenido ningún uso desde hace varios años”. Esto último es lo que se mira hoy, un espacio opulento caído en el abandono.


En la actualidad, una parte de El Palacio alberga una casa del estudiante / Foto: Adid Jiménez | El Sol de Morelia

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).-En medio de una avenida y una calle con tránsito neurálgico tanto de peatones como de automóviles, está un edificio a medio restaurar, con ventanas rotas y una terraza en ruinas, aunque no siempre fue así.

De hecho, en la época de la Colonia fue la mansión más grande de la ciudad e incluso hay quienes la nombran como El Palacio.

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El inmueble del que hablamos se ubica en la esquina de la calle Álvaro Obregón y la Avenida Madero, en pleno casco antiguo de Morelia.


El edificio fue construido a mediados del siglo XVIII a petición de José María Timoteo Escandón, conde de Sierra Gorda / Foto: Adid Jiménez | El Sol de Morelia


Esta información la compartió el historiador y guía de turistas Hiram Padilla Razo, quien en entrevista refirió que ese lugar fue el único en Morelia donde vivió un conde verdadero e incluso había una recámara habilitada para que el rey de España se quedara a dormir, en el remoto caso de que su alteza llegara a visitar la Nueva Valladolid.

Pero ningún rey viajó a su colonia en América y quizá este detalle contribuyó a que España la perdiera, pero eso es otra historia. El caso es que el Palacio tenía esa habitación porque el dueño del lugar era un hombre opulento, que pudo construir la casa a mediados del siglo XVIII. Su nombre era José María Timoteo Escandón.



El que fuera un tipo rico se puede deducir fácilmente por lo que había en el edificio, pues de acuerdo con Padilla Rizo “en su tiempo fue la casa más grande de la ciudad, la parte delantera, que da a la calle Real –la actual Avenida Madero– tenía su patio principal

Por otro lado, “en la parte de atrás, donde se ven los arcos, había una terraza techada con doble vista y elegantes jardines, además de animales exóticos como pavo reales y fauna traída desde Filipinas”.

Además, contaba con un oratorio, un retablo de madera dorada dedicada a la virgen de Guadalupe, objetos litúrgicos en plata, una sala de lujo con telas de Damasco, que era conocida como ‘El salón del dosel’, un salón de billar, entre otras cosas.

Queda claro su poder adquisitivo, pero falta aclarar un detalle importante: ¿Por qué era tan rico Timoteo Escandón? Al respecto, Padilla Rizo mencionó que el conde heredó el título de su padre y luego de su hermano, mientras que la riqueza provenía de la explotación de la tierra de la Sierra Gorda, en el actual Querétaro.

El historiador relató también que el conde no era originario de esta ciudad; había nacido en la Ciudad de México, pero se mudó a Valladolid para atender un cargo eclesiástico importante.


En el edificio se realizaban tertulias durante la época de Independencia / Foto: Adid Jimpenez | El Sol de Morelia


“Era uno de los miembros más importantes del cabildo catedralicio y se sabe que en su casa se reunían para hacer tertulias poéticas, teatrales y musicales a las que también asistió Miguel Hidalgo”, señaló.

En este punto es importante considerar la diferencia entre las palabras ‘tertulia’ y ‘conspiración’, porque las personas del pasado también necesitaban espacios para distraerse y las tertulias eran para eso.


Pero resulta que el señor Escandón sí tuvo un papel posterior en la guerra de Independencia, pues Miguel Hidalgo y sus seguidores fueron excomulgados por el obispo de ese momento, Manuel Abad y Queipo, el cual huyó de la ciudad antes de que las fuerzas independentistas entraran a Valladolid.

En ese entonces, aprovechó sus facultades eclesiásticas para quitar la excomunión de Hidalgo. Lo hizo tanto porque Hidalgo era su amigo como para evitar represalias de la gente, pues “al parecer en Valladolid, la atmósfera era a favor de la insurgencia”; sin embargo, a Escandón lo sorprendió la muerte en 1814, en plena guerra de Independencia.

Después de eso, la casa enorme tuvo varios usos y modificaciones, pues fue palacio episcopal, mientras que con la llegada del siglo XX y la constitución de la Universidad Michoacana, fue convertido en laboratorios de la Facultad de Biología y luego en archivo.

En la década de 1950, la parte de atrás del edificio se convirtió en Casa del Estudiante, espacio que todavía opera hoy.

Luego el estado colocó oficinas de la Secretaría de Educación en el Estado (SEE) y actualmente, refirió Padilla Rizo, “no ha tenido ningún uso desde hace varios años”. Esto último es lo que se mira hoy, un espacio opulento caído en el abandono.


En la actualidad, una parte de El Palacio alberga una casa del estudiante / Foto: Adid Jiménez | El Sol de Morelia

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