El pasado 13 de septiembre escribí mi columna semanal llamada “IMPLOSIÓN”, donde después de cuestionar y desacreditar el proceso de Morena para la selección de su coordinador para el 2024, además de algunos berrinches, denuncias, señalamientos y haber cimbrado a Morena con sus argumentos, “Marcelo, abandonó la posibilidad de ser el coordinador del Senado en 2024 y con ello también, tener el control de la más grande y fuerte corriente dentro de Morena”.
En algunos análisis, manejamos la opción de ver a un Marcelo doblado, diciendo que se quedaba en Morena porque el “movimiento era más grande que sus diferencias”, sin embargo, después de las declaraciones que hizo, muchas dudas quedaban”
“Esto puede ser definitorio para el futuro de Morena más que para el futuro de Marcelo Ebrard”
“Ya no tenemos espacio en Morena”, “Mario Delgado no ha entendido lo que sucede”
Y algunas otras tantas, donde dejaba ver que el único espacio que habría con Morena era el de la distancia.
Incluso en su “Camino por México”, amago con la desbandada de legisladores para complicar la aprobación del presupuesto de 2024.
En el “Camino de México”, también dejó a su paso la renuncia a Morena, de su representante ante el partido en la contienda interna, la Senadora Malú Micher, identificada como una de las más allegadas a Marcelo en el proceso.
Al final Marcelo se comportó como la mayoría de los políticos actuales, tomando decisiones a conveniencia, sin importar que en el camino tengan que dejar sus ideales, valores y dignidad.
Esta semana, Marcelo, dijo que se reunió con Claudia y que encontraron coincidencias, la misma Claudia a la que denunció de haberle ganado con trampas y dinero de apoyos sociales.
Incluso ante una explicación no pedida y una posible acusación manifiesta, Marcelo, aclaró que el presidente López Obrador no intervino para quedarse en Morena, con la cola entre las patas.
En un claro mensaje a Sheinbaum, Marcelo, sentenció que se consolidará en Morena como segunda fuerza y será candidato a la presidencia de la república en 2030, como si no importara la opinión de Claudia en la posibilidad de que sea presidenta, o que desde hoy se terminaran las aspiraciones políticas de Clara Brugada en caso de ser jefa de gobierno de la CDMX, antesala de la candidatura presidencial.
El camino que le queda a Marcelo, es confiar en la poca memoria política de los mexicanos y que pronto se olvide su berrinche, debilidad o miedo, sea lo que fuere que lo dobló.
Claudia sabe que no tendrá a alguien de confianza como segunda fuerza política de Morena, pero seguro irá al rancho a pedir ayuda para controlarlo.
POSDATA:
….. no tengo claro que maroma harán los muchos, seguidores y defensores de Morena, ante las duras críticas y ofensas que le hicieron a su carnal Marcelo.
¿será que volverán a aplaudir?
¡Es tiempo de los ciudadanos!, pero no de todos, solo de los que realmente tienen dignidad.
Abelardo Pérez Estrada
Empresario, analista político, Expresidente CANACINTRA
