Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Todos la conocen como doña Yolita, pero su nombre es María de la Salud Rodríguez, quién creció literalmente, con el periódico. Dice que es su segunda casa pues lleva toda su vida trabajando aquí. Ella entró a laborar en el área de intendencia en El Sol de Morelia a la edad de 19 años y ahora, a sus casi 65, recuerda al periódico con alegría, pero también con nostalgia.
Sentada en lo que algún día fue el espacio de las rotativas, dice que ahí en 1986 se imprimió el primer ejemplar, en las oficinas ubicadas sobre la avenida Francisco I. Madero en el corazón de Morelia, ya que al principio el diario llegaba todas las mañanas desde Celaya e Irapuato.
"Supe que se iba a abrir un periódico, llegué, pedí el trabajo y tuve la fortuna de que me lo dieran, era de intendencia porque no tenía estudios y ahora voy a cumplir 45 años aquí (...) Además de los trabajos de limpieza, ayudaba a compaginar el periódico, y acomodaba las micas de las fotos".
Era un mundo de gente, afirma, porque llegaba a las 6:30 de la mañana y veía entrar y salir a reporteros, fotógrafos y administrativos. El periódico operaba las 24 horas del día. Ahora, dice que el espacio lo ve grande, porque el personal ha disminuido, aunque valora mucho que el medio siga presente en forma de semanario, pese a la tecnología.
Durante sus casi 45 años en El Sol ha visto pasar a siete directores distintos, pero detalla que uno de los momentos más emotivos que tuvo fue cuando el tercer director, Armando Palominos se jubiló; "Era buena gente, le hicieron una comida, yo siempre andaba en mis cosas, pero ese día quise despedirme de él, llegaron los mariachis y cuando lo abracé tocaron "Las golondrinas", me sentí triste".
A doña Yolita le falta un año para poder jubilarse, pero está pensando sí irse o no porque se siente a gusto, sin embargo, afirma que preferiría irse primero a ver antes que El Sol de Morelia cierre.
El periódico es noble, se da a querer
En la banca, a un costado de la fuente María Concepción Huerta Chávez, conocida como "Conchita" comenta que el periódico es noble y se da a querer. Ella entró al medio en 1994 y es la segunda persona que lleva más tiempo en el Sol, con 29 años. Actualmente se desempeña en el área de edictos, pero en 1994 comenzó en el departamento de fotocomposición, como capturista de notas.
"Entré en el turno de la tarde para el cierre de edición, había mucha gente, yo capturaba todas las notas de la máquina de escribir a la computadora, pero a los cinco años me pasé a Publicidad en el aviso clasificado, tres años después me quedé en el turno de ahora".
Cambios por la tecnología
Hace muchos años el tiraje del periódico era de 8 mil a 10 mil ejemplares diarios, dice, además había casi 3 mil suscripciones y de entre ocho a nueve rutas. Conchita comenta que asignaban hasta tres reporteros por fuente, Educativas, Gobierno, Cultura, Deportes, etc, pero ahora, la tecnología ha dado un giro a los medios impresos.
"La tecnología nos está comiendo, y siento que nos está rebasando, los que leían los periódicos ya no están, eran los viejitos y cuando había sorteos eran cuando más había suscripciones, había mucha motivación para ellos".
Agrega que al inicio, los aniversarios del periódico se hacían año con año, e invitaban a funcionarios y a los gobernadores, además, llegaban los corresponsales de Zitácuaro, Lázaro Cárdenas, Ciudad Hidalgo, Uruapan, Puruándiro, Zamora, Jiquilpan y Pátzcuaro porque era una plantilla extensa.
"Espero que siga en funciones el periódico porque es la fuente principal de muchas familias, además el periódico es muy noble y se da a querer", subraya.
El periódico va a subsistir
La señora Soledad Martínez García llegó al periódico en julio del 2001, hace 22 años y le tocaba hacer el aseo en los talleres, rotativas, redacción, corrección y fotomecánica, que ahora es el departamento web.
Sí, en sus 22 años dice que ha habido muchos cambios, sobre todo de personal, pues coincide que también entraba y salía la gente. La puerta de la editora siempre estaba abierta las 24 horas y aunque ahora se cierra a las 21:00 horas, asegura que "habrá periódico para rato".
"Yo salía toda pintada de allá atrás, era mucho trabajo, se dejaban telas con pintura y era sacar toda la basura, ahora han mermado las actividades, pero es por el personal, porque es menos gente".
Doña Sol, como todos le dicen, está en el turno de la tarde, y pese a que en ese turno aparentemente las actividades disminuyen, ella siempre está pendiente de lo suyo. Entra a web, recorre el pasillo, vigila los baños, y las demás oficinas. Dice que antes sentía nostálgica, pero ahora poco a poco, lo ve más normal.
