La región Lerma-Chapala, que incluye los municipios de Jacona y Zamora, concentra una alta incidencia de homicidios dolosos por cada cien mil habitantes debido a la irrupción de diversos grupos del crimen organizado.
Así lo señala, Lorena Cortés Villaseñor, especialista en seguridad ciudadana con perspectiva de género y tipologías preventivas.
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De acuerdo con la especialista el aumento de la violencia en esa región coincide con la irrupción en Michoacán de comandos armados vinculados al Cártel Jalisco Nueva Generación, así como la conformación de una coalición de organizaciones locales, que se ha conocido con distintos nombres (“Pueblos Unidos” o “Cárteles Unidos”).
“La crisis de violencia homicida ilustra la relevancia de conflictos criminales específicos, así como de la irrupción de comandos armados, que pueden provenir de otras regiones e incluso de otros estados, como uno de los principales factores determinantes de la violencia homicida en Michoacán”, precisó.
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En este punto, Cortés Villaseñor dijo que esta situación también ha provocado que el estado viva una alta incidencia de desapariciones forzadas y descubrimiento de fosas clandestinas generalizada, situación que se recrudece en la zona conocida como el Triángulo de la Muerte, que abarca partes de Zamora, Venustiano Carranza y Marcos Castellanos.
“La presencia de grupos armados y la dinámica social que conlleva vivir en un contexto permeado por la delincuencia organizada ha dado pie al crecimiento de la crisis de personas desaparecidas o víctimas de desaparición forzada”, aseguró.
En 2023, Zamora se ubicó en el tercer lugar mundial como una de las ciudades más violentas del mundo, de acuerdo con el Ranking realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Las posiciones fueron otorgadas con base a la tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes.
En este contexto, Zamora registra una tasa del 105.13 por ciento mientras que Uruapan un 63.43 y Morelia, con un 33.87 por ciento.
