La llegada de más elementos militares para resguardar la seguridad en la región de Zamora fue recibida con escepticismo por los habitantes.
Ayer se informó que 600 efectivos se repartirán en los municipios de Morelia, Uruapan y Zamora, de los cuales 400 estarán concentrados en este último municipio.
La 21 Zona Militar dio a conocer que el personal castrense participará en tareas de disuasión, prevención, patrullajes, reconocimientos y estableciendo puestos militares de seguridad de manera coordinada con las guardias Nacional y Civil.
Además se detalló que estos efectivos permanecerán de forma continua en la entidad para preservar el orden público y disuadir las conductas delictivas.
No obstante, ciudadanos zamoranos consideraron que esta medida resulta infructuosa ante el grado de impunidad que prevalece en la zona.
Ernesto Muratalla Torres expresó que lo que se requiere es que el Ejército haga sus recorridos sin incorporar a la policía municipal ni estatal, en virtud de que éstos evitan los lugares con alta incidencia delictiva.
Lupita Rosales por su parte mencionó que esto se anuncia cada cierto tiempo, aunque en la calle sólo se ven dos o tres camionetas, lo que se le hizo extraño.
Otros ciudadanos pidieron que haya un combate más frontal en contra de la delincuencia, pues en realidad no se actúa en contra de los objetivos prioritarios.
Unos más, como Ángel Mejía, señalaron que en realidad sobre quién se debe ir es sobre los elementos de la Guardia Civil, que sólo se dedican a extorsionar a los automovilistas en las carreteras.
Más ecuánimes Caspar y Manuel Zepeda opinaron que pese a todo la visita resulta positiva y censuraron a quienes se manifiestan en contra: “¿Quien los entiende: no vienen y están llorando porque no vienen, y cuando vienen no los quieren”, coincidieron.
Patricia Rojas dijo que lo que se requiere es que las cámaras de videovigilancia que operan en la ciudad realmente si funcionen.
Espiral de Violencia
En Zamora, en lo que va del año se han registrado hechos violentos que han traspasado las fronteras del estado.
Apenas este fin de semana se realizaron tres ataques armados que dejaron dos muertos y un lesionado, además de un ejecutado en Tangancícuaro.
El 11 de enero fue asesinada Myriam Noemí Ríos Ríos, comisionada municipal de Movimiento Ciudadano (MC) en Jacona y coordinadora del Colectivo LGBT. La también activista trans recibió varios disparos en la colonia La Libertad mientras laboraba en un local de venta de ropa.
De acuerdo con la Fiscalía estatal, su crimen se debió a una presunta extorsión, pese a que los familiares negaron este hecho.
Durante la noche del martes 16 de enero fueron colocadas mantas con mensajes del crimen organizado en distintos sitios de la ciudad. En el contenido de las mismas se realizaban señalamientos en contra de la Guardia Civil y la Policía Municipal de Zamora.
También el 16 de enero, el diputado federal Enrique Godínez del Río fue asaltado y despojado de la camioneta en que viajaba en la carretera Zamora-Chilchota, tras acudir al evento que encabezó la precandidata Xóchitl Gálvez en Uruapan.
Los reportes disponibles sobre los hechos señalaron que sujetos armados le cerraron el paso y tras bajarlo de la unidad se la llevaron con rumbo desconocido. El diputado viajaba a bordo de una camioneta tipo Teramont junto a cuatro de sus colaboradores.
