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Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Todos hemos visto el edificio. Se trata de una pequeña iglesia ubicada en la esquina que forman las calles Valentín Gómez Farías y Eduardo Ruiz, justo a un costado de la actual comisaría o de la antigua central de autobuses.
Aun en ruinas, se percibe en su cantera rosa y enorme portón un edificio histórico del que ni autoridades municipales conocen origen o uso.
Se trata del Beaterio de Nuestra Señora del Carmen.
En un compendio de la investigadora Josefina Muriel, titulado La sociedad novohispana y sus colegios de niñas. Tomo II. Fundaciones de los siglos XVII y XVIII que comprende a todo el país y editó el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) refiere que fue una mujer quien auspicio lo que se convirtió en un colegio.
“Doña Ana María del Tránsito y Silva fue una generosa dama de la ciudad de Valladolid (Morelia) que había deseado retirarse a algún monasterio, sin conseguirlo, profesó en la tercera orden carmelitana. Para llevar una vida retirada de la sociedad estableció el 15 de abril de 1776 en su ciudad natal un beaterio donde recibiría a las mujeres que como ella quisieran convivir dentro de una gran piedad religiosa y caritativa, dedicándose a la educación de las niñas. Su sencilla institución fue aprobada por el obispo y por el rey Carlos III (1716-1788)”, detalla el libro en su página 359.
Para realizar su obra compró con sus bienes una pequeña casa que habilitó para ello. El sostenimiento correría a su cargo y al producto de las labores de manos que las beatas realizaran. El propósito de su beaterio era dar enseñanza a toda clase de niñas, en especial a las "pobres y rústicas" sin importar su nacimiento u origen racial y la instrucción de las pequeñas consistió en la enseñanza de la lectura, escritura, costura y toda clase de labores de manos.
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PARA SABER MÁS
• Doña Ana María del Tránsito y Silva fue la fundadora de este beaterio
• El propósito de su beaterio era dar enseñanza a toda clase de niñas, en especial a las "pobres y rústicas" sin importar su nacimiento u origen racial
• La actual administración municipal busca convertirlo en sede Centro de Control, Cómputo y Comunicaciones (C4)
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La colaboración de numerosas mujeres, que como diría Ana María del Tránsito vistieron el hábito de terciarias carmelitanas para servir a la educación femenina, dio vida por largos años a este pequeño beaterio.
A su vez, Josefina Muriel toma como referencia al libro Bosquejo Histórico Estadístico de la ciudad de Morelia, México, publicado por Juan de la Torre en 1883 para hacer el compendio de este edificio que casi para todos pasa desapercibido en la ciudad.
Los planes para el beaterio
Totalmente contrario a lo que le dio origen, la actual administración municipal busca convertirlo en sede Centro de Control, Cómputo y Comunicaciones (C4) al ser parte el terreno del inventario del patrimonio municipal.
Sin embargo, este plan podría verse detenido por las disposiciones vigentes que para edificios históricos tiene el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
El titular del INAH en Michoacán, Marco Antonio Rodríguez Espinosa reconoció que aunque la historia del edificio ha caído en el limbo, por el simple hecho de encontrarse en la zona de monumentos históricos, las autoridades municipales requieren presentar antes de cualquier otra cosa, un proyecto de restauración.
Expuso que, aunque en su interior no se guarda ningún vestigio, es fundamental que se tenga una intervención por parte del Instituto en la fachada de la iglesia, esto con el fin de conservar la cantera rosa que se encuentra colocada, así como la madera que aún tiene la puerta principal.
De no realizar dicha solicitud, los trabajos que pudiera realizar la Policía Municipal quedarían suspendidos e imposibilitados de realizarse algo, por lo que exhortó al Comisionado de Seguridad en Morelia, Alejandro González Cussi para que presentará la disposición.
Al respecto, el Gerente del Centro Histórico, Gaspar Hernández Razo, mostró su disposición para generar el proyecto y lograr no sólo el rescate del edificio en ruinas sino su uso.
De manera inicial, se tenía contemplado que el C4 se ubicara en la segunda planta del área de juzgados cívicos, en la vieja central de autobuses, sin embargo, el proyecto de Ciudad Administrativa que impulsa la actual gestión hizo que se desistiera, pues en ese espacio se instalaran oficinas.
