Tijuana.- Cientos de migrantes centroamericanos de una caravanaque atravesó México se congregaron el domingo en la fronteracon Estados Unidos, antes de que muchos de ellos presenten a lasautoridades solicitudes de asilo que podrían llevarlos acentros de detención.
La caravana que partió a fines de marzo llegó a reunirhasta mil 500 migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador,desatando la ira del presidente estadounidense, Donald Trump,durante su larga travesía por México.
Trump presionó a su vecino del sur para que detuviera a losmigrantes antes de que llegaran a la frontera, condicionando losesfuerzos mexicanos para frenar el flujo de centroamericanoscon el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte(TLCAN) que actualmente se está renegociando enWashington.
"Tengo un poco de frío. Estoy nervioso", comentó por lamañana Jaime Alexander, de El Salvador, mientras se dirigía allado mexicano de la valla fronteriza de Tijuana, en una playa delOcéano Pacífico.
Algunos jóvenes treparon y se sentaron a horcajadas sobrela barrera, con las piernas colgando en California. Losmigrantes fueron aclamados en el lado de San Diego por activistasestadounidenses.
La manifestación fue un acto público final de la caravana ytenía la intención de crear conciencia sobre el destino de losmigrantes en América Latina, dijeron los organizadores.En ellado estadounidense, la organización March Without Borders viajódesde Los Ángeles para saludar al grupo.
Detención, posible deportación
Más tarde, Alexander y algunos otros migrantes abordaronautobuses que los transportarían al cercano cruce fronterizo deSan Ysidro. Autoridades estadounidenses han advertido quepodría haber demoras en su capacidad para procesar lassolicitudes, y que algunos migrantes tendrán que esperar enMéxico.
El grupo arribó en los últimos días a Tijuana en autobuses,y la mayoría de ellos dijeron el sábado que tenían laintención de buscar asilo legal en San Diego.
Amenazas de muerte de pandillas, asesinatos de familiares,violaciones por represalias y persecución política en su paísson algunas de las razones que los obligaron a huir, dijeronmiembros de la caravana a Reuters.
Les advirtieron sobre las dificultades que podrían sufrirsi sus casos de asilo no son lo suficientemente fuertes, incluyendodetención, deportación y ser separados por largo tiempo desus seres queridos y familiares.
Alexander, que trabajaba como guardia de seguridad en su país,dijo que huyó después de una amenaza de muerte. Sus pies aúnestaban hinchados por las largas jornadas de caminata rumbo a lafrontera.
Los solicitantes de asilo deben demostrar un miedo bienfundado a ser perseguidos en sus países, y a la abrumadoramayoría de los centroamericanos se les niega el refugio enEstados Unidos.
Quienes son rechazados generalmente son deportados asus países de origen.
"Somos un país muy acogedor, pero al igual que en tu propiacasa, esperamos que todos entren por la puerta de ingreso yrespondan las preguntas con sinceridad", dijo en un comunicadoel jefe de la Patrulla Fronteriza de San Diego, Rodney S.Scott.
Los asesores legales del grupo recomendaron a quienes no tienecasos de asilo suficientemente fuertes permanecer enMéxico, donde el Gobierno ha ofrecido visas de un año aalgunos de los migrantes.
México deporta a decenas de miles decentroamericanos cada año a través de su frontera sur conGuatemala.