Morelia, Michoacán.- El párroco de la comunidad de Villa Escalante, perteneciente al municipio de Salvador Escalante, José Antonio Rodríguez Ortiz mediante amenazas y la violencia desde el púlpito pretende despojar a los habitantes del espacio llamado como “la Huatapera” que es la casa comunal, donde está involucrada la presidenta municipal Araceli Saucedo Reyes.
Desde hace 12 años, los habitantes de la comunidad indígena han resistido las amenazas del clérigo Rodríguez Ortiz, quien está protegido no solo por el Obispado de Tacámbaro sino por la Arquidiócesis de Morelia y el propio gobierno del estado, denunciaron los comuneros.
En rueda de prensa, los comuneros e integrantes del Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) exigieron a las autoridades estatales su intervención para que se detenga el despojo que pretende realizar junto con otros 25 habitantes, ya que es un espacio que les pertenece históricamente desde sus ancestros.
Uno de los comuneros, José Pérez, hizo responsable al párroco de la iglesia del posible enfrentamiento que pudiera presentarse en la comunidad, ya que desde el púlpito el sacerdote invoca a la violencia a fin de que se concrete el despojo de la casa comunal.
En este sentido, los habitantes de Villa Escalante demandaron también a la Secretaría de Gobierno la remoción del sacerdote José Antonio Rodríguez para que culmine la división que ha generado en la comunidad, quien además, no ha presentado ningún documento en el que compruebe que la Huatapera le corresponde a la Iglesia.
El vocero del CSIM, Pável Ulliánov Guzmán Macario, recordó que la comunidad indígena de Villa Escalante tiene 83 años defendiendo su territorio, bienes comunales, derechos colectivos y su sistema de cargos, pero desde el 2010 sus habitantes iniciaron un proceso de protección de sus barrios tradicionales.
En 2019, dijo que los habitantes han defendido la Huatapera, pero por interés económico el párroco del lugar ha querido despojarlos, pese a que los propios indígenas fueron quienes por medio de una asamblea decidieron el rescate de la casa comunal que se encontraba en total abandono, para su preservación.
“Hacemos responsable al sacerdote a José Antonio Rodríguez de cualquier situación que se presente en la comunidad, quien desde la tribuna de la iglesia alienta la división y la violencia. Solicitamos el cambio del párroco para evitar un conflicto mayor”, así lo advirtió el vocero del Consejo Supremo Indígena.
