Con el tema Cóncavo y convexo, Lupita D’Alessio inició una cita más con su público que acudió al Auditorio Nacional para celebrar un concierto donde “La Leona Dormida” demostró porqué es una de las mejores intérpretes de América Latina.
Vestida de rojo y acompañada de una orquesta, La D’Alessio lució radiante, divertida y, sobre todo, demostrando que más allá del tiempo y las vicisitudes que enfrentó a lo largo de décadas de carrera, su voz sigue intacta y poderosa.
“Me emociona este escenario, siempre impone y hay un doble compromiso y responsabilidad”, mencionó la cantante como preámbulo para presentar a su hijo Ernesto D’Alessio, quien cantó Amor Contigo me da Igual.
Después los ánimos del público subieron cuando Lupita y Ernesto compartieron el escenario para interpretar Ni Guerra ni paz.
Una noche de éxitos, de nostalgia y de canciones de una Lupita entregada y un público cómplice que no dudó en corear cada tema, en donde no pudo faltar Qué Ganas de no Verte más, Inocente Pobre Amiga o Ese Hombre.