La extinción de especies se ha convertido en un fenómeno recurrente de la vida moderna, marcada por la depredación ambiental, pero hay personas que buscan contribuir a la restauración ecológica.
Uno de ellos es Omar Domínguez Domínguez, un investigador de la facultad de biología de la Universidad Michoacana, que junto a su equipo planea reinsertar el pez conocido como tiro dorado (Skiffia francesae) en el río Teuchitlán, Jalisco, el 4 de noviembre.
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Dicho así puede sonar muy sencillo, pero se trata de un proceso complejo pero necesario, pues como señaló Omar Domínguez, el Skiffia francesae desapareció del ambiente desde los años 80, posiblemente por la contaminación y la introducción de especies invasoras.
Pero la especie todavía existe en el planeta, aunque en cautiverio, así que las labores de reintroducción han implicado una cuidadosa metodología iniciada hace dos años.
El retorno del Skiffia francesae será a principios de noviembre por una cuestión eminentemente simbólica, porque ocurrirá justo después de la celebración de Noche de Muertos, pues, como lo refirió Omar Domínguez, “el 1 y 2 son festivos por esta tradición en la que se cree que los seres vuelven a la tierra a pasar un tiempo con nosotros; entonces hacerlo por esas fechas es para hacer una analogía con una especie extinta que volverá de nuevo a la naturaleza, pero esperemos sea para siempre”.
El proceso
“Uno de los problemas principales de la reintroducción de especies al medio natural es que se han mantenido muchos años en cautiverio, entonces el primer paso es tratar de entender cómo funcionan los organismos en condiciones naturales”.
Para hacer posible esto, mencionó, el equipo de investigación construyó en 2019 un estanque rústico, expuesto a los cambios de clima, donde los peces tenían que encontrar su propio alimento, además de lidiar con depredadores, parásitos y las inclemencias del tiempo, en el cual colocaron los peces.
“Lo monitoreamos para ver si comían y se reproducían, luego de un año y medio nos dimos cuenta que sí, que podían crecer, mantenerse y criar, y pensamos que era posible reinsertarlos en su medio natural”, pero no se pueden llevar y liberar directamente, pues debían pasar un proceso de aclimatación en Teuchitlán. Eso último significa que debieron construir 20 jaulas flotantes, en las cuales pusieron los peces para monitorear su comportamiento y proceso adaptativo.
Como refirió Omar Domínguez, “ahora estamos finalizando la fase de trabajo con los mesocosmos y nos estamos dando cuenta que efectivamente pueden sobrevivir, comer y reproducirse en las condiciones que el río les provee”.
El origen
El pez Skiffia francesae es parte de un proyecto más amplio, que data de 1998, con el Proyecto denominado El arca de los peces, en el laboratorio de biología acuática, “a partir de ahí hemos mantenido una colección viva de peces en vías de extinción, con vistas a salvaguardarlas de la extinción o tratar de reintroducir aquellas que ya desaparecieron en la naturaleza”.
En el caso de Skiffia francesae, llegó a la colección por primera vez de la mano del acuarista inglés Ivan Dible, el cual “trajo unas parejas en el 2000, ya existía en México y aquí la hemos mantenido por más de 20 años”.
A propósito del laboratorio de biología acuática, Omar Domínguez refirió que en este también tienen especímenes del pez Zoogoneticus tequila, el cual reintrodujeron en el mismo río Teuchitlán. Contó que a partir de esa experiencia previa, “surgió el interés de los pobladores locales por reintroducir esta segunda especie”.
Esta idea tuvo mayores posibilidades de ser concretada luego de que el laboratorio nicolaita recibiera más especímenes procedentes de los zoológicos de Wilhelma de Alemania, Haus des Meeres de Austria,y la Sociedad Americana de Peces en el 2019, “con esto obtuvimos un stock reproductivo bastante grande”.
Eso sí, Omar Domínguez no dejó de anotar que el trabajo de regresar el Zoogoneticus tequila les llevó un trabajo de 6 años, porque implicó “todo un estudio de las condiciones del hábitat, si tienen alimentos, parásitos, depredadores o competidores en el medio natural; entonces con el Skiffia francesae ya no necesitamos hacer toda esa investigación previa porque ya la conocíamos”.
El proyecto, mencionó, ha tenido financiamiento de instancias europeas como los zoológicos de Bauval en Francia, Wilhelma en Alemania, Haus Der Mees en Austria, Ostrava en República Checa, Chester en Inglaterra, las asociaciones de Poecilia Scandinavia, la American Liveaverer Association de Estados Unidos, la Mohamed Bin Zayed Species Conservation Fund de los Emiratos Árabes Unidos, zoologische gesellschaft für arten- und populationsschutz de Alemania, la Unión Europea de Curadores de Acuarios y el Goodeid Working Group.
Respaldo de infraestructura
Además de haber recibido el apoyo y trabajo incansable del gobierno local, ciudadanos, administradores del balneario el Rincón y la iglesia local, así como el trabajo incansable de investigadores y estudiantes que han trabajado en estos proyectos.
