Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).– Con once galardones internacionales en su haber, este miércoles en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) presentan la ópera prima de Fernanda Valadez, Sin señas particulares, una de las candidatas a llevarse la Sección de Largometraje Mexicano.
Y no es que los premios cosechados en Lima, Kiev, San Sebastián, Zurich o Sundance hagan favorita a Sin señas particulares, pero sin duda es por guión, historia y producción una de las propuestas más sólidas del primer día de competencia del evento fílmico en la principal categoría del certamen.
Se trata del relato descarnado pero sobrio acerca de una madre, Magdalena, interpretada por Mercedes Hernańdez, que parte en busca de su hijo desaparecido misteriosamente dos meses atrás en un trayecto de carretera, mientras intentaba llegar con un amigo a la frontera norte para cruzarla en busca de un mejor futuro.
Como ha dicho la cineasta recientemente, el guión no está basado en ningún hecho en particular, pero se inspira en la Masacre de San Fernando de 2011, “por esas fechas, varios muchachos tomaron un camión de Celaya rumbo a la frontera de Tamaulipas con Estados Unidos y desaparecieron en el camino, como muchas personas desafortunadamente, migrantes viajeros de distintos ámbitos de la vida, personas que en esas épocas estaban desapareciendo y que lamentablemente siguen desaparecidos”.
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Con una fotografía y un ambiente cercanos por instantes a Post Tenebras Lux (2014) de Carlos Reygadas, aunque sin su propuesta estética quietista y fragmentaria, casi sin música, Sin señas particulares sumerge al espectador en escenarios de pesadilla en los que Magdalena parece realizar un descenso al infierno: no se puede estar seguros de nada, es peligroso preguntarle a desconocidos y no hay certidumbre de que al otro día uno despierte. Es posible que durante la noche, desde las sombras, algo venga.
Acaso sea eso lo que le ocurrió a Rigo; sin embargo, Magdalena no se detendrá hasta dar con su paradero, e incluso en esa situación hallará comprensión por parte de otra madre que ha perdido también a su hijo y de un joven migrante, Miguel (David Ilescas) que acaba de llegar de vuelta a un México que halla muy cambiado.
En el confín del mundo, más allá de cualquier frontera física, Magdalena encontrará a un indígena, el único que conoce lo que acaeció aquella noche del 15 de octubre en un camino nocturno, quien por medio de una intérprete, su nieta, al no hablar español, le referirá a la madre cuanto debe saber de su hijo y su amigo: que fue muerto por el diablo.
Una película que conmociona, que hace honor a los premios ganados y que vale la pena ver una vez que se estrene este 30 de octubre en salas comerciales.
