Fernando Méndez García, el zamorano que revolucionó el cine en México

Fernando Antonio Méndez García es considerado el director mejor dotado para el ejercicio de los géneros cinematográficos

Jaime Martinez / El Sol de Zamora

  · viernes 26 de abril de 2024

El cineasta Fernando Méndez García, en foto tomada de la Cineteca Nacional.

Nacido en Zamora en 1908 Fernando Méndez es una de las figuras más representativas del cine mexicano. Desarrolló una extraordinaria carrera cinematográfica durante el periodo clásico del cine nacional, en las décadas de los 40 y 50, y legó a través de sus películas una variedad y riqueza cultural.

Su incursión en el cine no se dio por casualidad, puesto que creció en un ambiente dedicado al séptimo arte: sus tíos, Pedro y Francisco García Urbizu, fueron pioneros en Zamora, en la exhibición y en la realización respectivamente.

Fue argumentista, guionista, maquillista, sonidista, productor y realizador de más de 30 películas de diversos géneros como la comedia, el western y el horror. Se le reconoce como un realizador de gran solvencia técnica, además de escritor cinematográfico.

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De acuerdo con el escritor y crítico de cine Juan José González Mejía, Fernando Antonio Méndez García es quizá el director mexicano mejor dotado para el ejercicio de los géneros cinematográficos.

El vampiro, una de las mejores películas de Fernando Méndez García.

“Cultivó todos los géneros existentes: la comedia, la ranchera, el melodrama, el arrabal, el terror, el western serie B, el de luchadores”.

En un artículo publicado en El Sol de Tampico, el escritor señala: “Fernando Antonio Méndez García nacido en Zamora, Michoacán, en 1908, corrió con la misma suerte de algunos directores de cine mexicano (Emilio Fernández, Alejandro Galindo, Gilberto Martínez Solares): irse a Hollywood durante los años treinta del siglo pasado para aprender la técnica del cine”.

Fue así como Fernando Méndez fue auxiliar de sonido y de maquillista en la Meca del Cine, por lo que al regresar a México puso en práctica sus conocimientos en filmes como “¡Ora, Ponciano!” /1936, dirigido por Gabriel Soria, en la cual fue coguionista.

El cineasta zamorano Fernando Méndez García / Foto: Escritores mexicanos

Juan José González Mejía señala que la película “Allá en el bajío”/ 1941 fue la primera realizada propiamente como director de Fernando Méndez, “sin embargo es hasta con Los tres García/ 1946, la célebre comedia ranchera de Ismael Rodríguez con su fetiche Pedro Infante, que Fernando Méndez empieza a tener importancia en nuestro cine. En dicha película Méndez fue co guionista”.

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Y continúa: “Si bien la comedia Matrimonio y mortaja/ 1949, con el entonces matrimonio Rafael Baledón-Lilia Michel, le significó a Fernando Méndez la incursión en la comedia citadina, es hasta con el melodrama arrabalero El suavecito/1950 que se sitúa como un director de aguda mirada ontológica. El manejo del drama de un gángster, interpretado por el injustamente olvidado Víctor Parra y la atmósfera de vecindad que imprime Méndez en este filme, hacen de El suavecito uno de las cintas más celebradas en la historia del cine mexicano”.

El crítico hace constar que tendría que llegar 1956 para que Fernando Méndez realizara una de sus obras más famosas y reconocidas: Ladrón de cadáveres, donde Carlos Riquelme es un médico loco que quiere resucitar muertos y para ello emplea cadáveres de luchadores fornidos, cosa que logra con Wolf Ruvinskis. Detalla que es célebre la secuencia cuando Ruvinskis, convertido en un horripilante monstruo, se quita la máscara en el ring ante los gritos de miedo de la arena repleta de aficionados.

Imagen de la película El Vampiro / Foto: Cineteca Nacional

“En 1957 Méndez dirige una comedia que es todo un tratado sobre la vida de las vecindades en la Ciudad en México de la época: “La esquina de mi barrio”, donde el cantautor Salvador Chava Flores es un deleite con sus canciones de corte cómico”.

Juan José González Mejía, Señala que fue con “Venganza apache”, “El renegado blanco”, “Los hermanos diablo”, todas de 1959, que Fernando Méndez empieza su etapa como director de westerns, que a la postre le daría enorme fama y prestigio.

“El trío formado por Antonio Badú, Rafael Baledón y el galán tampiqueño Mauricio Garcés es manejado por Méndez en estos filmes con extraordinaria mirada cinematográfica”.

El escritor y crítico afirma que con estas películas Fernando Méndez demostró como ningún otro director mexicano una destreza para el manejo de los espacios abiertos, la colocación de la cámara en lugares óptimos que dieran la mejor toma.

Fernando Méndez García, trabajando en una película / Foto: Cineteca Nacional


“Sin embargo, es 1957 el año crucial para Fernando Méndez al realizar El vampiro, versión bastante extraña del conde Drácula. Lo que ha llamado la atención de este filme es la afectiva atmósfera lúgubre conseguida al situar al vampiro en una hacienda de la provincia mexicana”.

Detalla que la presencia escuálida y sobria del entonces desconocido Germán Robles como el vampiro, la música envolvente de Raúl Lavista, amén del buen tino del actor y productor Abel Salazar de darle total libertad creativa a Fernando Méndez, coadyuvaron a que El vampiro alcanzara a ratos cotas de verdadero lirismo y esplendor escénico.