Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Aunque el Palacio Municipal de Morelia cuenta con una importancia administrativa y gubernamental para la ciudad, siendo la sede de las sesiones de cabildo del ayuntamiento, tras sus puertas resguarda historias que trascendieron al tiempo y dan vida al lugar.
Este edificio de cantera estilo barroco ubicado actualmente en la calle Allende número 403, se construyó en la antigua Valladolid del virreinato en el año de 1781 y originalmente se edificó para ser la Oficina de Renta de Tabaco o Factoría.
Cabe señalar, que esta oficina era necesaria ya que el tabaco era un producto que exclusivamente producía la Corona Española y tanto su portación como la transportación de la planta fuera del continente americano, debía ser regulada y registrada ante la burocracia novohispana.
Fueron 19 años los que la construcción sirvió para este fin, hasta que el 17 de octubre de 1810, Miguel Hidalgo y Costilla llega a Valladolid y toma la ciudad con ayuda del ejército insurgente recién creado.
Para el 19 de octubre del mismo año se cuenta que el cura Hidalgo, considerado como el Padre de la Patria, ordenó emitir un bando en este mismo edificio donde además de anular y/o reducir cargas fiscales, ordenaba la liberación de los esclavos y la prohibición de la compraventa de los mismos.
Cabe señalar que el bando emitido desde la antigua Oficina de Renta de Tabaco de Valladolid, fue publicado por el alcalde de Valladolid José María Anzorena y fue impreso el 6 de diciembre de 1810 y repartido en todo el territorio michoacano,cubriendo todos los gastos el vallisoletano encargado del gobierno.
Durante todo el transcurso de la Guerra de Independencia, hasta los primeros años de la creación de la Nación Mexicana, no se sabe con certeza cuál fue el uso que se le dió a este establecimiento sino ya casi a mediados del siglo XVIII.
Para 1846 el gobernador Melchor Ocampo del recién formado Estado de Michoacán, utilizó este edificio como su vivienda mientras desempeñaba su cargo como mandatario estatal hasta que renunció a este en 1853.
Aunque fue exiliado a Nueva Orleans por Antonio López de Santa Anna en el mismo año, a su regreso logra ser uno de los personajes más cercanos a Benito Juárez y en 1856 se convierte en diputado federal y consigue el edificio como donación para el Gobierno de Michoacán, bajo el mando del General José Santos Degollado.
El primer presidente de Morelia en usar este recinto como Palacio Municipal fue Pascual Ortíz de Ayala, quien permaneció en el cargo de 1856 a 1857.
El próximo 1 de septiembre, Alfonso Martínez Alcázar laborará en este edificio durante 3 años, sin sumar los que ya había desempeñado el mismo cargo del 2015 al 2018.
El Palacio Municipal cuenta con dos niveles, así como un patio octogonal, rodeado de una sola arquería junto a una escalera en donde hay un gran escudo de la ciudad.
