Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) Marco Antonio Tinoco Álvarez, dijo que en el presente ciclo escolar el organismo ha recibido 12 quejas contra conductas de acoso o bullying en planteles educativos de Michoacán, la mayoría con sede en Morelia.
Ante casos como el ocurrido la semana pasada en Lázaro Cárdenas, donde una niña fue hospitalizada tras recibir una golpiza de una compañera, el funcionario dijo que las instituciones tienen la obligación de fomentar la cultura de la paz dentro y fuera de los colegios, por lo que no pueden poner como pretexto que son riñas ajenas a su incumbencia.
“Las escuelas no solo deben ser informativas, sino formativas; es verdad que algunos hechos de violencia se dan afuera, pero se fomentan adentro, es una acción tolerada o fomentada por los propios educadores”, destacó.
Marco Antonio Tinoco llamó a los profesores a adaptarse a los nuevos tiempos, pues ya no pueden disciplinar a los alumnos con métodos de violencia, por lo que tienen que usar herramientas como la concientización y un lenguaje no excluyente.
En lo que refiere al caso de Lázaro Cárdenas, precisó que la queja se tomó el día de ayer, pero desconoce el estado de salud de la alumna golpeada.
El ombusdperson estatal reprobó que la Secretaría de Educación en el Estado (SEE) no capacite ni profesionalice a su profesores para prevenir y atender casos de violencia. Tampoco se cuenta con la estructura ideal que por ejemplo tenga círculos de paz o círculos de escucha, así como áreas para resolución de controversias. En ese contexto, la dependencia y cada uno de los planteles tienen responsabilidad legal por el delito de omisión.
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Tinoco señaló que este tipo de problemas, que en el Estado de México ya cobró una víctima mortal, “no los vamos a resolver con penas privativas de la libertad, sino con tratamientos psicológicos y medidas de trabajo en beneficio de la comunidad”.
Finalmente, dijo que la violencia en la escuela ya se ha normalizado, pues abundan los apodos, las críticas por el físico o la condición social, conductas que en la mayoría de los casos provienen desde las casas de los niños.