URUAPAN, Mich.- Para Domingo Vicente, originario de la comunidad de Huáncito, municipio de Chilchota, el ser artesano representa su vida entera, oficio que aprendió de sus abuelos y padres, y que a su vez ha transmitido a sus hijos y nietos.
Entrevistado en su puesto, dentro del Tianguis Artesanal de Domingo de Ramos, que reúne durante Semana Santa a más de mil 300 artesanos provenientes de las cuatro etnias indígenas presentes en el estado y que se instala en las plazas del Centro de Uruapan, nos cuenta acerca de su oficio, el proceso para realizar ollas y comales de barro.
Gracias a la venta de sus piezas pudo darle educación a tres de sus seis hijos, “los otros no quisieron estudiar y son los que ahora aprenden el oficio”, dice, mientras señala uno de los tantos alteros de ollas, perfectamente colocados por tamaños, para que sean apreciados por los posibles compradores.
Sobre el Tianguis Artesanal de Domingo de Ramos en Uruapan, podemos señalar que es considerado el escaparate más grande e importante de arte popular en América Latina, donde más de mil 300 artesanos pertenecientes a las cuatro etnias del estado: purépecha, náhuatl, otomí y mazahua, exhiben y comercializan más de un millón de piezas de distintas ramas artesanales, como maque, cera escamada, artesanía en miniatura, palma, juguetería, textiles, madera, arcilla, cerámica, cobre, arte plumario, lacas y fibras vegetales, las cuales destacan por su alta calidad.
Domingo nos comenta que él ha participado en el tianguis desde siempre, incluso antes de que existiera la Unión de Artesanos, que los aglutina, procura beneficios y organiza, en conjunto con las autoridades, este escaparate y concursos por toda la entidad.
Para venir a Uruapan, con sus ollas de barro, Domingo y su familia trabajan durante todo el año, haciéndolas sus productos, buscando diseños para que sus artesanías sean, además de útiles, atractivas para los compradores.
Para hacer una olla se comienza desde la extracción de la materia prima de un banco de barro, después el proceso de molido, para obtener un polvo fino, ahí empieza el proceso de moldeado, después al horno en un primer proceso; al salir se le coloca el esmalte, que ya es libre de plomo, y de nuevo al horno a una temperatura más alta, para que el esmalte se adhiera al barro.
Sobre su pueblo, dice que ahí todos son artesanos, aproximadamente hay dos mil, la elaboración de ollas y comales de barro es la principal y casi única actividad, ya que los terrenos aptos para la siembra son escasos. A esa problemática se le suma el abandono de las autoridades, ya que según Domingo Vicente, el gobernador Silvano Aureoles Conejo no los apoya, “antes se conseguían plazas y lugares para que los artesanos fueran a vender, hoy ya se olvido de nosotros”.