/ domingo 17 de noviembre de 2019

Hierbas: remedios para todos los males

Aun en estos tiempos de avances en el campo de la medicina, el tratamiento de enfermedades con estas recetas naturales es algo que sigue vigente en estos días

Morelia, Michoacán. (OEM-Infomex).- Sin importar que la comunidad científica considere a las hierbas medicinales como un engaño, una mentira, miles de personas en este país prefieren curar sus males con plantas de todo tipo y para cualquier dolor, desde una simple gripa hasta el incurable cáncer. La fe puede con todo, parece ser la máxima de un colectivo al que la medicina convencional no le convence, o le resulta inaccesible.

“La gente está muy estresada, no descansa, los explotan en su trabajo; primero vienen a conseguir alguna hierba para la presión, pero luego se les desarrolla la diabetes, o traen problemas cardiacos porque no se cuidan, no comen bien, son esclavos mal pagados”. Las palabras son de Isabel Márquez, quien atiende un gran local con todo tipo de hierbas en el Mercado de San Juan, ubicado en pleno Centro de Morelia. Con 15 años en el negocio, nos cuenta que entrada en sus 30 decidió estudiar herbolaria, pero no pudo desempeñarse porque su esposo era médico; había, digamos, un pequeño conflicto de intereses y creencias. Desafortunadamente él falleció, por lo que con el tiempo ella retomó lo aprendido y hoy aconseja a decenas de personas que la buscan para aligerar sus malestares. “Lo que más se vende es el tranquilizante nervioso y cosas para la diabetes; depende del organismo de cada persona, pero hay productos como la hierba del sapo, la moringa, la zopilota y la raíz de uva, entre muchas otras. Para las personas tensas está la tila, la hierba de San Juan, la paciflora, la hoja de zapote”.

Aunque el cáncer es visto como una enfermedad terminal, aquí se venden remedios caseros que supuestamente eliminan lo que la medicina alopática no puede. La hoja de guanábana es una de esas, aunque algunos expertos alerten que su consumo inadecuado puede traer daño hepático y renal. Otras opciones son el zopilote, la carroña, la víbora de cascabel, el pez diablo o compuestos de entre siete y doce plantas. Isabel asegura que lo mejor es combinar lo que recete el médico y tenerle fe a las plantas, a los extractos de algún animal, “a mí me han mandado a pacientes del Seguro Social con problemas en la próstata; el doctor les recetaba sus medicamentos y él mismo les aconsejó buscarme”.

Esta mujer sabe que si las personas llevaran una vida saludable no sería necesario ir al médico ni buscar remedios mágicos. No es tan complicado, asegura, hay que comer verduras, tomar mucha agua, hacer ejercicio y, sobre todo, no permitir estresarnos tanto. Pero también sabe que la vida moderna es ruda: “Hay inseguridad, secuestros, asesinatos, no hay trabajo, pagan mal, hay patrones que exigen demasiado… bueno, con decirle que me han llegado pacientes enfermos del riñón porque no los dejan ir al baño, ¿se imagina?, estamos como en los tiempos de la esclavitud y tenemos que hablar de eso, no acabarnos unos con otros”.

Si usted que lee este reportaje tiene problemas para dormir, vaya a buscarla prácticamente al fondo del mercado, donde encontrará la famosa tila, pero también la valeriana, la flor de San Juan, las hojas de zapote y lo naranjos… “pero vuelvo a lo mismo, si te tomas algo de esto dormirás bien, sólo que si al otro día tu patrón te trata mal, te explota, regresas a casa deprimido. Yo les digo que los traten bien, que les den sus vacaciones, o por lo menos que los dejen ir al baño”, concluye.

HIERBAS PARA CHEFS

En ese mismo mercado está un local más pequeño atendido por Julio Rodríguez, muy joven, pero ya con ocho años en un negocio comenzado por su madre. Afirma que lo que más se vende es la árnica, la hierbabuena, la manzanilla y la albahaca. No todas las hierbas, asegura, son para curar algo, muchas se usan para la comida y cada vez son más los chefs que acuden a comprar componentes que otorgan olor y sabor a los platillos. Entre las “rarezas”, entre lo más exótico de su puesto, encontramos la Pata de Vaca, ideal para atender la diabetes, “hay que tomarla en té, con tres tacitas al día es suficiente”, dice, muy seguro, y al preguntarle sobre la caña fístula, asegura que es para quitar la gripe, la tos y la tosferina. En cuanto a la edad promedio de sus clientes, los tiene bien identificados: los mayores buscan plantas para curarse, pero los jóvenes nomás se quieren lucir en la cocina, “luego vienen muchos extranjeros y andan viendo qué hierba se llevan”, remata. Antes de irnos, echa una miradilla al cabello y no duda en aconsejar un baño en nogal para evitar las canas: “Haz de cuenta que te vas a tomar un té, pero en vez de que te lo tomes te bañas y ese cabello se te va a oscurecer”.


AGUAS LEGÍTIMAS

El Mercado Santo Niño, ubicado en la calle Nicolás Bravo, tiene todo lo que una familia necesita para llenar el refrigerador, desde las verduras más frescas hasta las frutas de temporada, sin que falten antojos como tortas, corundas y uchepos. Pero si usted baja al sótano y gira a la derecha, hallará un enorme local que no sólo tiene todo tipo de hierbas, sino veladoras, esencias y extrañas mezclas concentradas en recipientes de plástico. Una de esas botellas en color azul tiene en su etiqueta frontal a una deidad con alas acompañada de la leyenda “Agua especial contra daños”, aunque no indica, de un primer vistazo, a qué tipo de daños se refiere. Al lado hay otra agua, pero ésta es para “atraer el dinero”, mientras que una llamada “lluvia de suerte” afirma que es legítima agua espiritual, por si acaso alguien crea que hay piratería.

El lugar es atendido por Ana María, una chica que quizá no llegue ni a los 30 años, pero que desde niña se dedica a la venta de remedios caseros y un tanto espirituales. Al preguntarle sobre algunos de sus productos más exitosos, menciona a la árnica para los golpes, los siete azares para los nervios, dormir o descansar como si se tuviera la conciencia tranquila, o el riñosán, que ayuda por si hay problemas con la retención de líquidos.


Basta dar un paneo al puesto para encontrar de todo: flor de manita para tranquilizar los nervios; boldo, para aquellos que traen mal aliento; moringa en hoja, muy efectiva para curar el riñón, la vista, el hígado, la mala circulación e incluso la diabetes. También tiene la muy famosa gobernadora, que además de afrodisiaco, ayuda a la próstata y los dolores de cabeza y así olvidarnos de las aspirinas. La hoja de seen remedia la mala digestión, el estreñimiento y ayuda a bajar de peso, claro, siempre y cuando no vayamos unos puestos más adelante donde venden tortas de carnitas con etiqueta de irresistibles.

Por remedios no paramos: caléndula para prevenir infecciones; nuereque para los diabéticos; cocolmeca para limpiar el organismo y raíz de lima para desechar los líquidos que no necesitamos en nuestro cuerpo. Cola de caballo, axoco, pingüica, raíz de tejocote, abango e incienso; palo azul, muérdago, consuelda y palo de Brasil. Si quiere algo más comercial, hay suplementos como el Malunggay, el Wereke (vitamina A), Piñalim, Calcio de coral y uno muy curioso llamado “Me vale madre”, caja con 60 cápsulas que al parecer alivian los dolores de cabeza y contiene flor de magnolia. Y como todo necesita un poco de fe, un poco de espiritualidad, también nos podemos llevar una veladora del destierro, la de las siete hierbas o una que se llama “tapa boca” para ahuyentar los chismes.

Si usted va al mercado, no dude en darse una vuelta con los hierberos, se sorprenderá de todo lo que pueden hacer por su salud.


A mí me han mandado a pacientes del Seguro Social con problemas en la próstata; el doctor les recetaba sus medicamentos y él mismo les aconsejó buscarme

Isabel Márquez


Morelia, Michoacán. (OEM-Infomex).- Sin importar que la comunidad científica considere a las hierbas medicinales como un engaño, una mentira, miles de personas en este país prefieren curar sus males con plantas de todo tipo y para cualquier dolor, desde una simple gripa hasta el incurable cáncer. La fe puede con todo, parece ser la máxima de un colectivo al que la medicina convencional no le convence, o le resulta inaccesible.

“La gente está muy estresada, no descansa, los explotan en su trabajo; primero vienen a conseguir alguna hierba para la presión, pero luego se les desarrolla la diabetes, o traen problemas cardiacos porque no se cuidan, no comen bien, son esclavos mal pagados”. Las palabras son de Isabel Márquez, quien atiende un gran local con todo tipo de hierbas en el Mercado de San Juan, ubicado en pleno Centro de Morelia. Con 15 años en el negocio, nos cuenta que entrada en sus 30 decidió estudiar herbolaria, pero no pudo desempeñarse porque su esposo era médico; había, digamos, un pequeño conflicto de intereses y creencias. Desafortunadamente él falleció, por lo que con el tiempo ella retomó lo aprendido y hoy aconseja a decenas de personas que la buscan para aligerar sus malestares. “Lo que más se vende es el tranquilizante nervioso y cosas para la diabetes; depende del organismo de cada persona, pero hay productos como la hierba del sapo, la moringa, la zopilota y la raíz de uva, entre muchas otras. Para las personas tensas está la tila, la hierba de San Juan, la paciflora, la hoja de zapote”.

Aunque el cáncer es visto como una enfermedad terminal, aquí se venden remedios caseros que supuestamente eliminan lo que la medicina alopática no puede. La hoja de guanábana es una de esas, aunque algunos expertos alerten que su consumo inadecuado puede traer daño hepático y renal. Otras opciones son el zopilote, la carroña, la víbora de cascabel, el pez diablo o compuestos de entre siete y doce plantas. Isabel asegura que lo mejor es combinar lo que recete el médico y tenerle fe a las plantas, a los extractos de algún animal, “a mí me han mandado a pacientes del Seguro Social con problemas en la próstata; el doctor les recetaba sus medicamentos y él mismo les aconsejó buscarme”.

Esta mujer sabe que si las personas llevaran una vida saludable no sería necesario ir al médico ni buscar remedios mágicos. No es tan complicado, asegura, hay que comer verduras, tomar mucha agua, hacer ejercicio y, sobre todo, no permitir estresarnos tanto. Pero también sabe que la vida moderna es ruda: “Hay inseguridad, secuestros, asesinatos, no hay trabajo, pagan mal, hay patrones que exigen demasiado… bueno, con decirle que me han llegado pacientes enfermos del riñón porque no los dejan ir al baño, ¿se imagina?, estamos como en los tiempos de la esclavitud y tenemos que hablar de eso, no acabarnos unos con otros”.

Si usted que lee este reportaje tiene problemas para dormir, vaya a buscarla prácticamente al fondo del mercado, donde encontrará la famosa tila, pero también la valeriana, la flor de San Juan, las hojas de zapote y lo naranjos… “pero vuelvo a lo mismo, si te tomas algo de esto dormirás bien, sólo que si al otro día tu patrón te trata mal, te explota, regresas a casa deprimido. Yo les digo que los traten bien, que les den sus vacaciones, o por lo menos que los dejen ir al baño”, concluye.

HIERBAS PARA CHEFS

En ese mismo mercado está un local más pequeño atendido por Julio Rodríguez, muy joven, pero ya con ocho años en un negocio comenzado por su madre. Afirma que lo que más se vende es la árnica, la hierbabuena, la manzanilla y la albahaca. No todas las hierbas, asegura, son para curar algo, muchas se usan para la comida y cada vez son más los chefs que acuden a comprar componentes que otorgan olor y sabor a los platillos. Entre las “rarezas”, entre lo más exótico de su puesto, encontramos la Pata de Vaca, ideal para atender la diabetes, “hay que tomarla en té, con tres tacitas al día es suficiente”, dice, muy seguro, y al preguntarle sobre la caña fístula, asegura que es para quitar la gripe, la tos y la tosferina. En cuanto a la edad promedio de sus clientes, los tiene bien identificados: los mayores buscan plantas para curarse, pero los jóvenes nomás se quieren lucir en la cocina, “luego vienen muchos extranjeros y andan viendo qué hierba se llevan”, remata. Antes de irnos, echa una miradilla al cabello y no duda en aconsejar un baño en nogal para evitar las canas: “Haz de cuenta que te vas a tomar un té, pero en vez de que te lo tomes te bañas y ese cabello se te va a oscurecer”.


AGUAS LEGÍTIMAS

El Mercado Santo Niño, ubicado en la calle Nicolás Bravo, tiene todo lo que una familia necesita para llenar el refrigerador, desde las verduras más frescas hasta las frutas de temporada, sin que falten antojos como tortas, corundas y uchepos. Pero si usted baja al sótano y gira a la derecha, hallará un enorme local que no sólo tiene todo tipo de hierbas, sino veladoras, esencias y extrañas mezclas concentradas en recipientes de plástico. Una de esas botellas en color azul tiene en su etiqueta frontal a una deidad con alas acompañada de la leyenda “Agua especial contra daños”, aunque no indica, de un primer vistazo, a qué tipo de daños se refiere. Al lado hay otra agua, pero ésta es para “atraer el dinero”, mientras que una llamada “lluvia de suerte” afirma que es legítima agua espiritual, por si acaso alguien crea que hay piratería.

El lugar es atendido por Ana María, una chica que quizá no llegue ni a los 30 años, pero que desde niña se dedica a la venta de remedios caseros y un tanto espirituales. Al preguntarle sobre algunos de sus productos más exitosos, menciona a la árnica para los golpes, los siete azares para los nervios, dormir o descansar como si se tuviera la conciencia tranquila, o el riñosán, que ayuda por si hay problemas con la retención de líquidos.


Basta dar un paneo al puesto para encontrar de todo: flor de manita para tranquilizar los nervios; boldo, para aquellos que traen mal aliento; moringa en hoja, muy efectiva para curar el riñón, la vista, el hígado, la mala circulación e incluso la diabetes. También tiene la muy famosa gobernadora, que además de afrodisiaco, ayuda a la próstata y los dolores de cabeza y así olvidarnos de las aspirinas. La hoja de seen remedia la mala digestión, el estreñimiento y ayuda a bajar de peso, claro, siempre y cuando no vayamos unos puestos más adelante donde venden tortas de carnitas con etiqueta de irresistibles.

Por remedios no paramos: caléndula para prevenir infecciones; nuereque para los diabéticos; cocolmeca para limpiar el organismo y raíz de lima para desechar los líquidos que no necesitamos en nuestro cuerpo. Cola de caballo, axoco, pingüica, raíz de tejocote, abango e incienso; palo azul, muérdago, consuelda y palo de Brasil. Si quiere algo más comercial, hay suplementos como el Malunggay, el Wereke (vitamina A), Piñalim, Calcio de coral y uno muy curioso llamado “Me vale madre”, caja con 60 cápsulas que al parecer alivian los dolores de cabeza y contiene flor de magnolia. Y como todo necesita un poco de fe, un poco de espiritualidad, también nos podemos llevar una veladora del destierro, la de las siete hierbas o una que se llama “tapa boca” para ahuyentar los chismes.

Si usted va al mercado, no dude en darse una vuelta con los hierberos, se sorprenderá de todo lo que pueden hacer por su salud.


A mí me han mandado a pacientes del Seguro Social con problemas en la próstata; el doctor les recetaba sus medicamentos y él mismo les aconsejó buscarme

Isabel Márquez


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