Morelia, Mich (OEM-Infomex).- Cuando Jenifer Ayala Pio (29 años) no se encuentra trabajando en el Consejo de la Judicatura Federal, donde ejerce su profesión como licenciada en Derecho, dedica el tiempo a competir en el alto rendimiento dentro de los torneos de nado abierto.
Recientemente, la nacida en el municipio de Uruapan, Michoacán, fue la única representante de México en el Campeonato Mundial de la especialidad que se realizó en Grecia, donde se midió con las mejores atletas de países como Italia, Francia, Ecuador, Colombia, España Ucrania, Kazajistán y a los anfitriones.
Nacida en tierras michoacanas, desde los tres años Jenifer tuvo que aprender, paradójicamente, a remar a contracorriente, cuando su madre emigró a los Estados Unidos en busca de poder proporcionar una mejor vida a sus tres hijos.
“Ella se fue de indocumentada, entonces hasta al día de hoy no ha podido regresar y es una michoacana más que no ha sido ayudada para legalizar sus papeles, por lo que no la conozco físicamente. Cuando se va, yo me quedé con mi abuela materna, pero falleció en el momento que yo tenía 16 años y desde ese momento yo me quedé viviendo sola en Michoacán”.
La historia se replicó con su hermano, ya que también optó por “jugarse el físico” y emigrar al país del norte, de tal manera que en Uruapan solamente quedó un hermano más y ella. Se enorgullece de formar parte de los que se trazan una ruta con base a la cultura del esfuerzo y sacrificio.
Tras emprender su camino, la uruapense tomó la oportunidad laboral de ser la jefa de oficina de juzgado de distritos en materia de trabajo en la Ciudad de México y aunque se trata de una responsabilidad que le implica una importante inversión de tiempo, ha sabido combinarlo con su pasión por el deporte.
Fue hace seis años cuando Ayala Pio comenzó a practicar la natación y aunque en un inicio se trataba de una actividad recreativa, los entrenadores se percataron de que tenía el potencial para poder competir en un nivel más alto.
Al obtener un segundo lugar en su primera competencia, decidió que el deporte debería tener un sentido más formal en su vida y fue así como llegó a un tercer puesto dentro de la modalidad de nado abierto. A partir de ahí, el podio se le hizo una costumbre, tanto en eventos nacionales como internacionales.
“Diariamente entreno en promedio dos horas y media, hago una hora de piscina, resistencia en casa, uso la escaladora y también corro para reforzar mis pulmones. Al combinarlo con mi trabajo se vuelve complicado, hay días en que no alcanzo a comer porque el trabajo absorbe, pero trato de apresurarme para no dejar los entrenamientos”.
La exigencia natural que produce tanto la vida laboral como la deportiva, aunado a la escasez de apoyos para los atletas de parte del sector gubernamental, ha hecho que en ocasiones Jenifer Pio dude sobre su continuidad en el deporte.
“Ahora con el Mundial de Grecia viví una etapa de desánimo, pues primero se me había dicho en el Ayuntamiento de Uruapan que se me iba a apoyar, pero de último momento me informaron que no había recursos y lo peor es que todavía me pedían que hiciera un video donde les agradeciera”.
No obstante, resalta que siempre encuentra aliento en sus amigos, su esposo y todos aquellos que han sido testigos del crecimiento que ha tenido en el nado abierto, lo que le hace pensar que se encuentra en el camino correcto y que vale la pena insistir dedicar parte de su vida al deporte.
“El hecho de que mis amigos me hagan aportaciones en palabras y económicas en ocasiones, se vuelven situaciones que me impulsan y lejos de retroceder, me hacen sentir que estoy avanzando, me digo a mí misma que a la próxima competencia debo hacerlo todavía mejor”.
En la parte laboral, precisa la michoacana, la natación le ha permitido llevar una vida más relajada y liberada, por lo que lejos de pensar en un retiro, ya se encuentra pensando en la competencia que sostendrá este mes de noviembre en Cancún, Quintana Roo, mientras que para el 2023, prevé ganarse de nueva cuenta su pase al Campeonato Mundial que tendrá como sede Italia.