/ viernes 22 de mayo de 2020

Pese a plataformas digitales “El libro impreso no desaparecerá”

Iván Silva, encargado de una editora, afirma que los ejemplares tradicionales ofrecen más ventajas, incluso hasta para su lectura

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- A pesar del auge de la lectura en dispositivos electrónicos y la incipiente industria de libros digitales, los volúmenes impresos están destinados a permanecer.

Así lo expuso Iván Silva Bedolla, encargado de producción de Morevallado editores, al ser entrevistado por El Sol de Morelia.

“No creo que tenga mucho futuro esto del libro electrónico porque es cansado para leerlo. De hecho, nosotros en la editorial hacemos las correcciones en papel porque trabajar en el monitor es muy cansado. Yo considero que el libro digital no se compara con el impreso, por eso creo que no desaparecerá”, advirtió.

Sin embargo, reconoció que Morevallado editores no se ha quedado atrás en la transición del libro analógico (impreso) al digital, ya que algunas ediciones a petición de las universidades o instituciones co-editoras, les han solicitado reducir el tiraje impreso y hacer otro tanto para lectura en dispositivos electrónicos.

Ya no hacemos los tirajes de antes por los presupuestos y la limitación de espacios de almacén. Ahora buscamos hacer tirajes más limitados, pero más ediciones. Así combinamos ambos formatos

También habló de cómo influye la edad en la recepción de las nuevas tecnologías, en tanto las generaciones más jóvenes asimilan de manera casi natural la lectura en monitores, mientras que los adultos suelen preferir el soporte impreso.

“Los jóvenes, sobre todo, están más interesados en el libro electrónico, bajan sus libros de texto de la red y ya no compran el libro. Mientras que, digamos, las personas con grados académicos mayores, quienes estudian maestría o doctorado, sí compran los títulos en impreso”, explicó.

Al respecto de dicha transición, señaló que “desgraciadamente también las bibliotecas corren el riego de quedar como lugares obsoletos”.

Ferias del libro, viacrucis para libreros de provincia

Gran parte de la difusión y venta del catálogo de Morevallado editores, se lleva a cabo en las ferias del libro del país, mismas que fungen de escaparates para mostrar tanto los volúmenes que conforman su colección, como las co-ediciones realizadas con universidades e instituciones públicas.

Al respecto, Silva Bedolla dijo que actualmente sólo llevan su material a la Feria del Palacio de minería, organizada por la UNAM, así como a la feria del Museo de Antropología e historia y a la de Uruapan.

“A la FIL de Guadalajara ya no vamos porque cobran en dólares: hay que ir al banco a cambiar y depositar, lo cual encarece los gastos. Y como viajamos con recursos muy limitados, dejamos de asistir”, refirió.

Cabe señalar que para una editorial independiente y con sede en provincia, como lo es Morevallado, el trabajo itinerante en ferias al interior del país implica costos de transportación del material, hospedaje, viáticos y los cada vez más onerosos pagos por espacios de exhibición, que pueden hacer de la experiencia un fatigoso viacrucis.

Sin embargo, es en las ferias de la ciudad de México donde las ventas repuntan, ya que el catálogo –concentrado en historia, arquitectura y literatura de Michoacán–, “tiene mayor atractivo para la gente de la capital que para los lectores de estos rumbos”.

Respecto a la situación de la feria estatal del libro –cuya edición del 2019 fue suspendida por la Secretaría de cultura, a cargo de Claudio Méndez Fernández, con la justificación de no contar con el presupuesto necesario–, Silva Bedolla comentó que desde el cambio del Instituto michoacano a la Secretaría de cultura, “los presupuestos que tienen estas instancias suelen ser limitados”.

Cuando era el Instituto michoacano de cultura, compartíamos gastos y rentábamos los stands en conjunto, pero actualmente no hemos podido lograr que vayamos con una universidad o instancia de gobierno, porque ahora que es la Secretaría de cultura, pues no se ha podido

Frente a un panorama adverso y sin los apoyos institucionales con que antes contaban los libreros y editores de Michoacán, Morevallado continúa como un empresa familiar activa y recientemente creó una nueva colección llamada La tierra donde estamos, en la que junto a un par de investigadores de El Colegio de Michoacán, comenzarán a publicar libros de historia y cultura local.

Además de trabajar con dicha institución, la editorial ha realizado trabajos con la Universidad Michoacana, la UNAM campus Morelia, el IMCED y la Universidad de Sonora, entre otras instituciones.

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- A pesar del auge de la lectura en dispositivos electrónicos y la incipiente industria de libros digitales, los volúmenes impresos están destinados a permanecer.

Así lo expuso Iván Silva Bedolla, encargado de producción de Morevallado editores, al ser entrevistado por El Sol de Morelia.

“No creo que tenga mucho futuro esto del libro electrónico porque es cansado para leerlo. De hecho, nosotros en la editorial hacemos las correcciones en papel porque trabajar en el monitor es muy cansado. Yo considero que el libro digital no se compara con el impreso, por eso creo que no desaparecerá”, advirtió.

Sin embargo, reconoció que Morevallado editores no se ha quedado atrás en la transición del libro analógico (impreso) al digital, ya que algunas ediciones a petición de las universidades o instituciones co-editoras, les han solicitado reducir el tiraje impreso y hacer otro tanto para lectura en dispositivos electrónicos.

Ya no hacemos los tirajes de antes por los presupuestos y la limitación de espacios de almacén. Ahora buscamos hacer tirajes más limitados, pero más ediciones. Así combinamos ambos formatos

También habló de cómo influye la edad en la recepción de las nuevas tecnologías, en tanto las generaciones más jóvenes asimilan de manera casi natural la lectura en monitores, mientras que los adultos suelen preferir el soporte impreso.

“Los jóvenes, sobre todo, están más interesados en el libro electrónico, bajan sus libros de texto de la red y ya no compran el libro. Mientras que, digamos, las personas con grados académicos mayores, quienes estudian maestría o doctorado, sí compran los títulos en impreso”, explicó.

Al respecto de dicha transición, señaló que “desgraciadamente también las bibliotecas corren el riego de quedar como lugares obsoletos”.

Ferias del libro, viacrucis para libreros de provincia

Gran parte de la difusión y venta del catálogo de Morevallado editores, se lleva a cabo en las ferias del libro del país, mismas que fungen de escaparates para mostrar tanto los volúmenes que conforman su colección, como las co-ediciones realizadas con universidades e instituciones públicas.

Al respecto, Silva Bedolla dijo que actualmente sólo llevan su material a la Feria del Palacio de minería, organizada por la UNAM, así como a la feria del Museo de Antropología e historia y a la de Uruapan.

“A la FIL de Guadalajara ya no vamos porque cobran en dólares: hay que ir al banco a cambiar y depositar, lo cual encarece los gastos. Y como viajamos con recursos muy limitados, dejamos de asistir”, refirió.

Cabe señalar que para una editorial independiente y con sede en provincia, como lo es Morevallado, el trabajo itinerante en ferias al interior del país implica costos de transportación del material, hospedaje, viáticos y los cada vez más onerosos pagos por espacios de exhibición, que pueden hacer de la experiencia un fatigoso viacrucis.

Sin embargo, es en las ferias de la ciudad de México donde las ventas repuntan, ya que el catálogo –concentrado en historia, arquitectura y literatura de Michoacán–, “tiene mayor atractivo para la gente de la capital que para los lectores de estos rumbos”.

Respecto a la situación de la feria estatal del libro –cuya edición del 2019 fue suspendida por la Secretaría de cultura, a cargo de Claudio Méndez Fernández, con la justificación de no contar con el presupuesto necesario–, Silva Bedolla comentó que desde el cambio del Instituto michoacano a la Secretaría de cultura, “los presupuestos que tienen estas instancias suelen ser limitados”.

Cuando era el Instituto michoacano de cultura, compartíamos gastos y rentábamos los stands en conjunto, pero actualmente no hemos podido lograr que vayamos con una universidad o instancia de gobierno, porque ahora que es la Secretaría de cultura, pues no se ha podido

Frente a un panorama adverso y sin los apoyos institucionales con que antes contaban los libreros y editores de Michoacán, Morevallado continúa como un empresa familiar activa y recientemente creó una nueva colección llamada La tierra donde estamos, en la que junto a un par de investigadores de El Colegio de Michoacán, comenzarán a publicar libros de historia y cultura local.

Además de trabajar con dicha institución, la editorial ha realizado trabajos con la Universidad Michoacana, la UNAM campus Morelia, el IMCED y la Universidad de Sonora, entre otras instituciones.

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