Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Frente a la falta de enfoque y el clientelismo en el que suelen incurrir las instituciones encargadas de apoyar y difundir manifestaciones artísticas, el trabajo autogestivo es la alternativa para que artistas y colectivos salgan adelante de manera independiente.
Así lo señaló el artista visual Jorge Alberto Ortega Castellanos, quien en entrevista para El Sol de Morelia advirtió que una de las fortalezas de la escena michoacana es el trabajo al margen de las instituciones emprendido por las nuevas generaciones de creadores, en busca del sustento económico y para no depender exclusivamente de apoyos, becas y concursos, de los cuáles –dijo– “hace tiempo dejé de creer en su legitimidad”.
Los chavos abrieron la puerta –y no al revés– para que las instituciones voltearan a ver que aquí hay un nicho artístico y comenzar a hacer cosas”, dijo luego de explicar que el Estado debe apoyar a los artistas plásticos de calidad y “romper con esa inercia de agarrar al cuate, al amigo para meterlos a colaborar
En ese tenor, el egresado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Michoacana (UM), celebró el empuje de los talleres de gráfica en la capital y el interior del estado, así como el trabajo individual de varios colegas (Desmond Ray, Angel Pahuamba, Celeste Jaime, Carolina Ortega, Pablo Querea, Salvador Jacobo, Nurivan Viloria y Christian Díaz) que se han abierto camino “gracias a ser constantes y mantenerse en la búsqueda de un estilo propio”.
Aunque actualmente radica en León, Guanajuato, Ortega Castellanos refiere que tanto en la provincia como en la capital del país el mundo del arte es demasiado elitista y las oportunidades de acceso a éste son limitadas para quienes no cuentan con cierto capital social o méritos como haber expuesto en el extranjero o ganado concursos de relevancia nacional.
A pregunta expresa sobre la situación del arte contemporáneo en Morelia y León, señaló que ha encontrado propuestas interesantes, sin embargo dijo que en su mayoría “los trabajos suelen estar hechos al horno, sin propuesta ni una visión que haga nos haga ver un discurso consistente”.
Asimismo, advirtió que las expresiones cercanas al “arte no culto”, se han convertido en alternativas económicas, en tanto las nuevas generaciones pueden realizar sus proyectos y generar un sustento de su trabajo.
“Ahorita la moda es este rollo del graffiti, el medio urbano, es decir, esta onda de hacer lo que yo quiero sin importar si es un arte intelectual o elevado –estéticamente hablando–, y a partir de eso muchos chavos se encaminaron a hacer ilustración, graffiti, arte urbano, tatuaje, etc”, explicó.
