/ jueves 14 de febrero de 2019

Calíope

Calíope,musa de la elocuencia y de la palabra verdadera, hoy te invoco para saber qué escribir a mis amigos, porque en este día 14 de febrero necesito decirles cuánto los aprecio. Esta es una columna dedicada a mis buenas amigas y amigos,cuyo conteo no rebasa más allá de los dedos de mi mano y que te comparto lector esperando que descubras lo afortunado que eres si te percatas que puedes dedicar estas palabras a al menos una persona en tu vida.

Hoy yolas dedico a mis amigas y amigos que me han visto crecer, que han estado en mis momentos felices y obviamente en mis momentos de pesar. A todas ellas y ellos,quisiera en primer lugar agradecerles por aceptarme tal como soy, tal como los acepto yo a ustedes en mi vida. No es su responsabilidad hacerme feliz, pero indudablemente su presencia me convierte en una persona dichosa. Por eso les escribo lo siguiente:

Amigo,qué dicha me da estrechar tu mano y escuchar tu voz cada vez que te veo. La distancia y las ocupaciones no siempre nos permiten reunirnos, pero cuando lo hacemos ¿disfrutamos mucho nuestra compañía verdad? Es como si desde la última vez que nos vimos el tiempo se hubiera cristalizado y hasta nuestro reencuentro, todas nuestras anécdotas y sorpresas acumuladas en el espíritu,las desgranamos una a una con la confianza de siempre. Pueden pasar días, me seso incluso años, pero cuando platico contigo, parece que hubiera sido apenas ayer que te dije “¡Hasta pronto amigo!”.

La fuerza de nuestra amistad puede resistir infinidad de pruebas, ¿no te parece así? Aunque el tiempo arrugue nuestra frente y cubra de plata nuestro cabello, aunque conozcamos nuevas personas que llenen de nuevas ilusiones la maleta de recuerdos que cargamos, aunque nos separen los kilómetros y sea complicado volver a coincidir, cuando te vuelva a ver amigo, no importará el tiempo, ni las demás personas, ni la distancia, porque estaré frente a ti para abrir la maleta que carga mi corazón y te enseñaré mis impresiones, las colecciones de recuerdos que tengo a tu lado, me ilusionaré contigo por las aventuras que tendremos en el futuro, te enseñaré las cicatrices de uno que otro rasguño queme hayan hecho por ahí y pondré mucha atención a lo que tú también cargues en tu maleta, porque no siempre he estado presencialmente cuando has tenido momentos de oscuridad.

Pero quiero que sepas, mi entrañable amigo, que tal vez no estaré físicamente siempre que me necesites, ni podré defenderte de la gente que pretenda hacerte daño, tampoco sabré solucionar los problemas que se presenten en tu vida o podré abrazarte cuando necesites una chispa de calor tras un día de frío y decepción. Cuando me cuentes lo que pone triste a tu corazón, lo más probable es que la emoción me embargue y lloraré frente a ti cuando se supone que no deba, cuando se supone que deba mantener la fuerza para que tengas un pilar en el que recargar tus penas. Lo más seguro es que no pueda desterrar de una vez y para siempre tus dudas y temores hacia la vida y que deba marcharme pronto, más pronto de lo que quisieras, pero amigo, así sea un minuto de mi tiempo, en espíritu y de corazón, yo te escucharé y durante ese minuto no importará nada más que lo que sea que quieras compartirme.

Yo seré para ti el remanso de paz que requieras después de un día de trabajo, porque tendré paciencia para oír tus desventuras y me conmoverá lo que sientas como silo hubiera sentido yo en carne propia. Cuando te llame por teléfono o te visite, toda mi concentración se enfocará en verte sonreír y ver que tus ojos se iluminen de nuevo. Las cartas que te escriba, podrás tomarlas entre tus manos para cuando necesites asir algo y mi mano no esté disponible en ese momento y cuando cumplas un año más de vida, recordaré con dicha cada aniversario, porque de entre todas las bendiciones con las que Dios me colmó,tú eres la razón que me ayuda a sobrellevar la soledad que me acompaña desde el día en que nací, porque como dijo Aristóteles, “la amistad es un alma que habita en dos cuerpos”. (L)

Calíope,musa de la elocuencia y de la palabra verdadera, hoy te invoco para saber qué escribir a mis amigos, porque en este día 14 de febrero necesito decirles cuánto los aprecio. Esta es una columna dedicada a mis buenas amigas y amigos,cuyo conteo no rebasa más allá de los dedos de mi mano y que te comparto lector esperando que descubras lo afortunado que eres si te percatas que puedes dedicar estas palabras a al menos una persona en tu vida.

Hoy yolas dedico a mis amigas y amigos que me han visto crecer, que han estado en mis momentos felices y obviamente en mis momentos de pesar. A todas ellas y ellos,quisiera en primer lugar agradecerles por aceptarme tal como soy, tal como los acepto yo a ustedes en mi vida. No es su responsabilidad hacerme feliz, pero indudablemente su presencia me convierte en una persona dichosa. Por eso les escribo lo siguiente:

Amigo,qué dicha me da estrechar tu mano y escuchar tu voz cada vez que te veo. La distancia y las ocupaciones no siempre nos permiten reunirnos, pero cuando lo hacemos ¿disfrutamos mucho nuestra compañía verdad? Es como si desde la última vez que nos vimos el tiempo se hubiera cristalizado y hasta nuestro reencuentro, todas nuestras anécdotas y sorpresas acumuladas en el espíritu,las desgranamos una a una con la confianza de siempre. Pueden pasar días, me seso incluso años, pero cuando platico contigo, parece que hubiera sido apenas ayer que te dije “¡Hasta pronto amigo!”.

La fuerza de nuestra amistad puede resistir infinidad de pruebas, ¿no te parece así? Aunque el tiempo arrugue nuestra frente y cubra de plata nuestro cabello, aunque conozcamos nuevas personas que llenen de nuevas ilusiones la maleta de recuerdos que cargamos, aunque nos separen los kilómetros y sea complicado volver a coincidir, cuando te vuelva a ver amigo, no importará el tiempo, ni las demás personas, ni la distancia, porque estaré frente a ti para abrir la maleta que carga mi corazón y te enseñaré mis impresiones, las colecciones de recuerdos que tengo a tu lado, me ilusionaré contigo por las aventuras que tendremos en el futuro, te enseñaré las cicatrices de uno que otro rasguño queme hayan hecho por ahí y pondré mucha atención a lo que tú también cargues en tu maleta, porque no siempre he estado presencialmente cuando has tenido momentos de oscuridad.

Pero quiero que sepas, mi entrañable amigo, que tal vez no estaré físicamente siempre que me necesites, ni podré defenderte de la gente que pretenda hacerte daño, tampoco sabré solucionar los problemas que se presenten en tu vida o podré abrazarte cuando necesites una chispa de calor tras un día de frío y decepción. Cuando me cuentes lo que pone triste a tu corazón, lo más probable es que la emoción me embargue y lloraré frente a ti cuando se supone que no deba, cuando se supone que deba mantener la fuerza para que tengas un pilar en el que recargar tus penas. Lo más seguro es que no pueda desterrar de una vez y para siempre tus dudas y temores hacia la vida y que deba marcharme pronto, más pronto de lo que quisieras, pero amigo, así sea un minuto de mi tiempo, en espíritu y de corazón, yo te escucharé y durante ese minuto no importará nada más que lo que sea que quieras compartirme.

Yo seré para ti el remanso de paz que requieras después de un día de trabajo, porque tendré paciencia para oír tus desventuras y me conmoverá lo que sientas como silo hubiera sentido yo en carne propia. Cuando te llame por teléfono o te visite, toda mi concentración se enfocará en verte sonreír y ver que tus ojos se iluminen de nuevo. Las cartas que te escriba, podrás tomarlas entre tus manos para cuando necesites asir algo y mi mano no esté disponible en ese momento y cuando cumplas un año más de vida, recordaré con dicha cada aniversario, porque de entre todas las bendiciones con las que Dios me colmó,tú eres la razón que me ayuda a sobrellevar la soledad que me acompaña desde el día en que nací, porque como dijo Aristóteles, “la amistad es un alma que habita en dos cuerpos”. (L)

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